Tres personas han resultado heridas por traumatismos en el encierro celebrado este jueves en Cuéllar (Segovia), el quinto y último de las fiestas de la Virgen del Rosario, tras caer por un desnivel después de que un novillo que se ha disgregado de la manada ha embestido en el denominado 'Embudo 'contra una valla en la que permanecían subidos los espectadores.

Uno de los heridos, un varón que presentaba politraumatismos, ha sido trasladado al Hospital Río Hortega de Valladolid ante la posibilidad de daño medular, mientras que los otros dos, un hombre que se ha fracturado la clavícula y una mujer, han sido desplazados hasta el complejo asistencial de Segovia.

El astado se ha desviado antes del alcanzar el tramo urbano y ha descendido por la derecha hasta un macizo en el que suelen concentrarse decenas de personas, junto a las puertas de la ciudad, en el exterior del recorrido fijado.

Allí, ha arremetido contra la valla de madera que sirve para encauzar a las reses, que se ha partido y ha hecho caer de espaldas a algunos espectadores por un terraplén de tres metros y medio de altura. Tras ellos se ha precipitado también el novillo, que se ha reincorporado al recorrido y ha sido encauzado hasta la plaza de toros.

El quinto encierro ha sido protagonizado por novillos de la ganadería de los Hermanos Revesado Pernas, de Vitigudino (Salamanca), que han salido agrupados de los corrales del río Cega pero han avanzado por el campo con uno de ellos adelantado del grupo.

Sólo cinco han concluido el trayecto hasta el coso, mientras que el sexto ha sido sedado en la parte alta del 'Embudo' ante la imposibilidad de los caballistas de hacerle bajar por la ladera.

El alcalde de Cuéllar, Jesús García, ha lamentado en declaraciones a Europa Press el balance de heridos de los encierros de este año, con siete lesionados de cierta gravedad, si bien ha recordado el riesgo que supone trabajar con animales muy bravos, a lo que se suma la dificultad del recorrido por el campo, especialmente en los entornos de pinar.

Tanto el regidor como el concejal de Festejos, Juan Pablo Benito, han censurado la imprudencia e irresponsabilidad de aquellos que acuden a contemplar los encierros en zonas de peligro, como la salida de los corrales, donde el martes dos personas fueron heridas por asta de toro por un astado rezagado, o en el mismo punto en el que hoy se han producido los heridos.

Ambos han precisado que el vallado de madera al final del 'Embudo' no es de protección, sino que sirve para encarrilar a los animales, y han incidido en que hay cartelería en las inmediaciones para advertirlo, además de que se alerta del peligro a través de megafonía y por medio de la Policía Municipal.

No obstante, y pese a que han sido muchos los incidentes en este lugar a lo largo de los años, es habitual ver cómo decenas de espectadores se concentran junto a las vallas, según han reprobado.

BALANCE

Tras finalizar el ciclo de encierros, el alcalde cuellarano ha reconocido la complejidad de las jornadas de este año, tres de ellas accidentadas. En la primera, el pasado domingo, unos novillos de Peñajara muy disgregados tuvieron que ser anestesiados en el campo y se optó por soltar las reses del martes para el tramo urbano.

Uno de los seis astado de Peñajara que se extravió en el campo y aún no ha sido recogido por la dificultad de acceso en la zona donde se localizad, pero se encuentra vigilado en la ribera de un arroyo a la espera de poder anestesiarlo, según ha matizado Jesús García.

Tras una "correcta" jornada el lunes, en la del martes un bravo rezagado hirió a dos personas a la salida de los corrales. Un hombre de 71 años sufrió cinco cornadas, aunque se recupera con normalidad en el Hospital de Segovia. El miércoles el encierro transcurrió tranquilo y sin heridos.

El edil de Festejos ha valorado el trabajo llevado a cabo en esta edición por caballistas y efectivos de Protección Civil, Guardia Civil y Policía Local, así como el esfuerzo del quipo municipal —el Ayuntamiento es gestor directo de las fiestas taurinas desde el pasado año—.