El pleno de la corporación municipal de Vilagarcía de Arousa ha dado luz verde a la nueva ordenanza de circulación y seguridad viaria que sustituye a la polémica norma aprobada el pasado mes de abril y que, entre otras limitaciones, prohibía a los peatones reunirse en grupos en las aceras.

La nueva ordenanza ha sido aprobada con los votos a favor de los diez concejales del Partido Popular y el edil independiente, que forman el grupo de gobierno. Los cinco concejales del PSOE y los dos de Izquierda Unida se abstuvieron, en tanto que los tres ediles del BNG votaron en contra.

En el transcurso del debate plenario el regidor vilagarciano, Tomás Fole, resaltó que la nueva ordenanza "mantiene el espíritu y la filosofía" de su predecesora, si bien reconoció que se han eliminado o modificado de su redacción los puntos más polémicos.

"Donde antes, por ejemplo, decía se prohíbe circular en bicicleta por las calles peatonales a una velocidad mayor que la del peatón, ahora se dice se permite circular en bicicleta por las citadas calles siempre que no se supere la velocidad de un viandante. La redacción es distinta pero la filosofía es la misma", señaló el regidor.

Además del polémico punto que sancionaba a aquellos peatones que situados en grupo ocuparan las aceras obligando al resto de viandantes a transitar por la calzada, también se han suprimido o modificado los relativos a las limitaciones a la hora de correr, saltar y utilizar la bicicleta o el monopatín en las vías públicas.

El alcalde reconoció que la mayor parte de las modificaciones se han realizado en atención a las demandas que los partidos políticos de la oposición y diversos colectivos sociales y vecinales realizaron en la ronda de encuentros que el grupo de gobierno mantuvo con ellos tras la aprobación en abril de la primera ordenanza.

Para el grupo de gobierno la polémica creada fue "absolutamente malintencionada". A pesar de ello, señalan, "rectificar es de sabios y si gracias a esta nueva redacción la gente va a entender mejor y va a respetar más el espíritu de la norma, no tenemos ningún problema en sustituirla".

Los concejales del Partido Popular manifestaron su decepción y extrañeza tras conocer que ningún grupo de la oposición votaría a favor de la nueva norma. "No lo entendemos ya que hemos recogido la mayor parte de las alegaciones que nos presentaron", señaló el alcalde.

ESPERPENTO

La portavoz del grupo socialista local, Tania García, explicó que su partido optó por abstenerse, porque "si bien es cierto que la nueva ordenanza recoge casi todas las propuestas que presentamos no podemos olvidar el esperpento que se organizó con el texto aprobado en abril y el daño que supuso para la imagen de Vilagarcía".

Los socialistas consideran que, "como ha quedado demostrado ahora", la ordenanza era inadecuada y se podría haber evitado "el ridículo que hicimos en toda España".

En opinión de Tania García, fue "la prepotencia del alcalde", que entonces acababa de hacerse con la mayoría absoluta tras conseguir la adscripción del único edil de Independientes por Vilagarcía, "la que provocó que se llegase hasta el sinsentido al que se llegó".

El gobierno recula

También se abstuvieron los dos concejales de Izquierda Unida en al ayuntamiento vilagarciano. Su portavoz, Juan Fajardo, lamentó no haber dispuesto antes de la sesión plenaria del texto definitivo de la ordenanza.

A pesar de ello, explicó, "lo que sí queda claro es que el gobierno local recula en una ordenanza que nunca debería haber llegado al Pleno". En opinión de Juan Fajardo, además, "se confirma que el grupo de gobierno aprobó una ordenanza sin haberla estudiado, fiándose simplemente del resumen que alguien le realizó".

El portavoz de Izquierda Unida lamentó que "para llegar a este punto hayamos tenido que soportar todo un infierno, con la negativa repercusión mediática que ello conllevó".

Ordenanza innecesaria

El BNG fue el único grupo de la corporación local que votó en contra de la nueva ordenanza. La portavoz nacionalista, María Villaronga, explicó que su decisión se justifica en la coherencia mantenida desde el primer día por su grupo, que siempre consideró esta norma "fascista, prohibitiva e innecesaria".

María Villaronga resaltó las palabras del alcalde en las que dijo que el espíritu de la nueva norma era el mismo que el de la anterior. "Evidentemente si el espíritu es el mismo, nuestro voto también tenía que ser idéntico", explicó.

El BNG denunció además que el grupo de gobierno no les entregó en ningún momento la copia de la redacción definitiva de la ordenanza.