El Códice estará "en el lugar en el que ha estado siempre", en una cámara doble y protegido con llaves con clave

José María Díaz: "Yo soy el archivero que fue y que verdaderamente pereció en la quema"
José María Díaz, Segundo Pérez y el Códice Calixtino
José María Díaz, Segundo Pérez y el Códice Calixtino
EUROPA PRESS
José María Díaz, Segundo Pérez y el Códice Calixtino

El Códice Calixtino pasará el resto de sus días custodiado en "el lugar en el que ha estado siempre", en una cámara dentro del recinto del Archivo de la Catedral que cuenta con paredes de tres metros de grosor, una doble cámara y llaves equipadas con clave, para evitar que se repita un robo como el que mantuvo el libro medieval en paradero desconocido durante 12 meses.

Así lo ha informado, en declaraciones a los medios, el actual archivero de la Catedral, Segundo Pérez, quien ha señalado que, una vez que el Códice se retire de la exposición estará "donde los técnicos han dicho que debe estar, dado que durante 800 años se ha conservado allí magníficamente".

Aunque no ha querido precisar el lugar, sí ha admitido que será dentro del recinto del archivo, en un sitio del que "no se debe quitar" dadas las condiciones controladas de humedad y luz que "son perfectas para él".

En cuanto a las medidas de seguridad, Segundo Pérez ha explicado que el recinto en el que está cuenta con paredes de tres metros de grosor, que no son "fáciles de horadar", así como con una puerta de hierro con "llaves que tienen sus claves". Tras la cámara de entrada, el Códice se encuentra además en otra cámara adicional.

"Hoy mismo, para sacarlo para traerlo aquí, durante tres veces ha saltado la alarma, porque se ve que no le daba bien, y hubo que esperar a que llegasen los técnicos del archivo", ha indicado Pérez para ejemplificar la seguridad existente y que "es muy difícil llevárselo".

Por su parte, el deán de la Catedral, José María Díaz, que era archivero de la Catedral cuando ocurrió el robo, ha recordado que "en los congresos de archiveros siempre se hablaba de que se estuviese atento a la humedad y a los incendios". "Nunca se nos avisó de las medidas frente a los ladrones", ha sentenciado Díaz, quien ha subrayado que esa cuestión compete ya "a los archiveros del futuro". "Yo soy el archivero que fue y que verdaderamente pereció en la quema", ha sentenciado.

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