El Hospital de La Candelaria (Tenerife) recomienda extremar la higiene en las comidas para evitar intoxicaciones

Especialistas del servicio de Aparato Digestivo del Hospital Universitario Nuestra Señora de Candelaria (Hunsc) recomiendan extremar las medidas higiénico-sanitarias durante los meses de verano para evitar intoxicaciones alimentarias como gastroenteritis, inflamación o infección del estómago y los intestinos.

Especialistas del servicio de Aparato Digestivo del Hospital Universitario Nuestra Señora de Candelaria (Hunsc) recomiendan extremar las medidas higiénico-sanitarias durante los meses de verano para evitar intoxicaciones alimentarias como gastroenteritis, inflamación o infección del estómago y los intestinos.

Estas intoxicaciones se producen por la ingesta de alimentos contaminados por microorganismos como virus, parásitos y bacterias, que se multiplican en el tubo digestivo. Los casos se multiplican en verano debido a las altas temperaturas y un tiempo estable, que favorecen la reproducción de dichos microorganismos.

A ello se le unen la modificación de hábitos alimentarios que pasan por la cantidad y el número de ingestas que se realizan a lo largo del día, la manera de preparar algunas comidas y también por el lugar donde éstas se preparan o se consumen.

Por estas razones, la doctora Milagros Vela, especialista del servicio de Aparato Digestivo del Hunsc, recuerda que es "indispensable" lavarse las manos antes, durante y después de preparar alimentos, así como los utensilios de cocina tras emplearlos con alimentos no cocinados.

Además, es necesario desinfectar frutas y verduras sumergiéndolas en agua con gotas de lejía; no consumir leche cruda o no pasteurizada, ni tampoco huevos o carne cruda o insuficientemente cocinada, y prescindir de la elaboración de salsas caseras.

Desde el Hunsc también recomiendan preparar el menú o los alimentos con la menor antelación posible antes de su consumo y, cuando estén listos, ingerirlos lo antes posible; evitar la contaminación cruzada de productos separando carnes crudas del resto de alimentos; descongelar la carne y el pescado completamente y mantenerlos en el frigorífico hasta ser cocinados; mantener los alimentos en la temperatura adecuada, no recongelarlos y no tomar alimentos de establecimientos que no cuenten con sistemas de protección como vitrinas o frigoríficos.

Aunque la intoxicación alimentaria por salmonela —bacteria que vive en los intestinos de las aves de corral, cerdos y bovinos— es la responsable de más de la mitad de los casos de gastroenteritis, ya que se transmite por la ingesta de alimentos contaminados o a través de su manipulación, existen otros gérmenes como el estafilococo, que se adhiere tras manipular salsas, mayonesas o pastas rellenas de crema por parte de personas infectadas, o la E. Coli, una bacteria que llega al cuerpo humano a través del consumo de carne mal cocinada o leche sin pasteurizar.

SÍNTOMAS,

Consecuencias y recomendaciones

"Las consecuencias de la gastroenteritis dependerán de la edad, el estado de salud del paciente y la causa que haya provocado esta intoxicación", ha determinado la doctora Vela.

En las gastroenteritis, la presencia de vómitos y diarreas ocasionan pérdidas de líquido y electrolitos, lo que causa deshidratación, sed, dolor de cabeza, debilidad, mareos, somnolencia, cansancio, dificultad para concentrarse y bajada de tensión arterial. Si la intoxicación no se soluciona o se prolonga en el tiempo, puede llegar a alterar el funcionamiento de otros órganos como el riñón.

Un gran número de casos de gastroenteritis no requerirán asistencia médica, ya que el enfermo puede restablecerse en casa con reposo, dieta y una adecuada hidratación.

"En estos casos, los afectados deben beber un mínimo dos litros de líquido al día, en pequeñas cantidades, pudiendo utilizar, entre otros, soluciones caseras de suero -agua, azúcar, sal, bicarbonato y limón-, sales de rehidratación oral que pueden adquirirse en farmacias sin receta médica o caldos elaborados con hidratos de carbono", ha recomendado la doctora Vela.

Las personas sanas podrán ayunar de 24 a 48 horas e introducir alimentos blandos y astrigentes a medida que desaparecen las náuseas y vómitos y aumenta el apetito. Se deben evitar los alimentos ricos en fibra, fritos, leche y derivados, salvo yogures.

Los enfermos deberán acudir al médico si padecen vómitos, la diarrea o el dolor abdominal más allá de 3 días, si aparecen deposiciones con sangre, si sufren fiebre alta mantenida, muestran señales de deshidratación. También deben buscar asistencia médica los menores de 2 años y mayores de 65, además de enfermos crónicos, personas que padezcan neoplasias o los medicados con fármacos que disminuyen las defensas.

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