Después conversó con alguien llamado Pedro (se cree que puede ser el concejal de Seguridad, Pedro Valero, o el alcalde, Pedro Ángel Hernández Mateo) para comunicarle el intento de robo en el domicilio de un inspector de policía por parte de dos guatemaltecos.
En ese momento, M. A. L. V. le contó que el servicio se realizó «bien», pero que uno de los guatemaltecos «no se puede poner derecho, lleva dos costillas rotas» y, quizás, «algo más».
Pedro le preguntó entonces si le habían «saludado»; es decir, pegado, a lo que el agente contestó que sí, y que podía tener «lesiones graves», pues había estado «diez horas en el calabozo». Especificó además que «no aparece nada de resistencia» (en las diligencias), y que si lo llevaban al médico, iban «a tener problemas seguro».
En otra de las grabaciones, comentaron que al detenido le habían «hecho de todo», y que esperaban el parte de lesiones para «rehacer las diligencias». Además dijeron que los médicos harían «todo más liviano», y que las lesiones eran «compatibles con una caída».
La jueza que instruye el caso, Iris Valero, ha decretado de nuevo el secreto de sumario, después de que la anterior magistrada lo levantara al inhibirse en su favor.
El alcalde lo niega todo
El alcalde de Torrevieja, Pedro Hernández Mateo, afirmó ayer que desde el Ayuntamiento están estudiando demandar al encargado de la instrucción, pues «es muy sospechoso» que aparezcan nombres y que se haga «un acoso tan grande» y una actuación «tan desmesurada» por parte de la Policía Judicial, que actúa por «inquina» y ganas de «revancha». Además, afirma que no se puede especular sobre su implicación, ya que no tenía «conocimiento de esto».
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