El alcalde de O Barco de Valdeorras, el socialista Alfredo García, ha reconocido que existen indicios que apuntan a que el incendio que desde el pasado viernes calcinó 1.500 hectáreas en el área más oriental de la provincia de Ourense fue intencionado, ya que casi "todos los años" arde la misma zona.

En declaraciones a Europa Press, Alfredo García ha indicado que, una vez que se extinga totalmente el fuego, tendrán que ser la Guardia Civil y los técnicos de la Consellería do Medio Rural los que determinen las causas exactas del fuego, pero ha avanzado que "todo apunta a que probablemente sea provocado", puesto que "el inicio se produjo en una zona donde todos los años hay incendios", en el entorno de la parroquia de Santigoso.

"Lo lógico es pensar que alguien le prendió", ha reconocido, una percepción en la que coincide con el alcalde del municipio vecino de Rubiá, el 'popular' Elías Rodríguez, quien también llama la atención acerca de que el incendio arrancó de "una zona en la que prácticamente todos los años arde". "Cada uno sacará las conclusiones que quiera",

agrega.

Vuelve la normalidad

La normalidad ha empezado a volver a la zona desde que el incendio se dio por controlado este domingo en torno a las 15.15 horas. Así, las llamas permanecen controladas y al dispositivo de extinción se han reincorporado, con las primeras luces, los medios aéreos.

El regidor de O Barco ha indicado que "se producen pequeños brotes, como es normal", puesto que la tierra está caliente y hay raíces, por lo que los trabajas se centran ahora en enfriar la zona y extinguir por completo las llamas.

A estos trabajos ayuda que, aunque no llueve en la zona, las condiciones meteorológicas "han mejorado y el aire se empieza a notar más frío y ya no sopla el viento del viernes y el sábado", según ha relatado a Europa Press el regidor de Rubiá.

Con esta coyuntura, los vecinos que tuvieron que ser desalojados de sus viviendas han podido retornar, aunque algunos, sobre todo los mayores, han preferido quedarse con familiares y conocidos.

Por su parte, las dos familias cuyas viviendas fueron arrasadas por las llamas —una tercera vivienda también se calcinó, pero no estaba habitada—, permanecen en casas de allegados, según ha explicado el alcalde de O Barco.