M.Evolucionan favorablemente las 4 jóvenes quebrantahuesos liberadas en Cazorla hace dos meses

Han pasado ya dos meses desde que las quebrantahuesos Viola, Marchena, Encina y Zafra fueran liberadas en la Sierra de Segura, término de Santiago-Pontones (Jaén). Según explica la Fundación Gypaetus en una nota, todas ellas exploran ya sus alrededores bajo la atenta mirada de Tono, el ejemplar de mayor edad del programa de reintroducción de este especie y que, con emisor GPS activo, sigue de cerca la evolución de las nuevas crías que fueron liberadas en Los Centenares.

Han pasado ya dos meses desde que las quebrantahuesos Viola, Marchena, Encina y Zafra fueran liberadas en la Sierra de Segura, término de Santiago-Pontones (Jaén). Según explica la Fundación Gypaetus en una nota, todas ellas exploran ya sus alrededores bajo la atenta mirada de Tono, el ejemplar de mayor edad del programa de reintroducción de este especie y que, con emisor GPS activo, sigue de cerca la evolución de las nuevas crías que fueron liberadas en Los Centenares.

La Fundación explica que las visitas de Tono a la cueva han sido constantes desde pocos días después del inicio del 'hacking'. El macho de seis años, acudía casi a diario al lugar y asistía, desde una discreta posición, al progreso de la cría campestre de sus congéneres.

Viola, Zafra, Marchena y Encina dejaron "el nido" con una media de 118 días de edad. Viola, la mayor de ellas, fue la primera (25-02-2012, Centro de Cría de Cazorla) aunque la más tardía; a los 124 días levantó el vuelo para dominar asombrosamente los cielos segureños. La seguiría Zafra (Valcallent-Lérida, 27-02-2012) 121 días después de su nacimiento. Tras ésta, Marchena (CCQ, 10-03-2012) a los 110 días y por último Encina, 116 días después de su eclosión en el Centro de Cría de Cazorla.

Hoy por hoy, las jóvenes quebrantahuesos surcan libres y con destreza los cielos del Parque Natural Sierras de Cazorla, Segura y Las Villas. Estos primeros vuelos son desplazamientos cortos, apenas cinco kilómetros alrededor y demuestran su autonomía e independencia procurándose el alimento e interaccionando con ejemplares de su propia especie y de otras. Se elevan en el cielo con otras grandes rapaces como el buitre leonado y el águila real, lanzan huesos largos para romperlos y comerlos después y se les observa dándose baños de barro, conducta inherente a su especie, en los humedales de la zona.

La reintroducción

El proceso de reintroducción del quebrantahuesos de la Consejería de Agricultura, Pesca y Medio Ambiente, ejecutado por la Fundación Gypaetus, y que forma parte del Plan de Recuperación y Conservación de aves Necrófagas de Andalucía aprobado por Acuerdo del Consejo de Gobierno de la Junta de Andalucía, es largo y costoso, como también lo ha sido en el proyecto hermano de Los Alpes (Francia, Italia, Suiza y Austria) donde, después de 30 años ya es una realidad, con unas 20 parejas nidificantes.

En Andalucía, según ensalza la Fundación, el proceso es similar. De las 23 aves liberadas desde 2006 sobreviven entre 12 y 14 y cada vez con más garantías tras la puesta en marcha del 'Plan de Refuerzo de Actuaciones para la erradicación del uso del veneno en el Parque Natural de la Sierra de Castril y en las vecinas sierras de La Cabrilla y del Pozo (P.N. de las Sierras de Cazorla, Segura y Las Villas)', que está logrando que desde hace más de un año no muera ningún quebrantahuesos del proyecto.

Actualmente, es una realidad ver volar quebrantahuesos de diferentes edades principalmente en las sierras colindantes de Jaén y Granada. Este hecho se está convirtiendo en un atractivo turístico de primer orden, con un valor creciente como motor de desarrollo rural en estas comarcas de paisajes magníficos y gigantes alados.

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