COAG Murcia calcula que los agricultores y ganaderos sólo denuncian uno de cada cuatro o cinco robos y hurtos cometidos en sus fincas y explotaciones del campo, lo que achacan a la "complejidad en los trámites burocráticos para denunciar en la comisaría o en el cuartel, así como el hecho de que "muchas veces la denuncia no sirve para nada".

Así lo han hecho saber en una rueda de prensa el presidente de COAG Murcia, Pedro Lencina; el secretario de Organización de esta asociación agraria, Francisco Gil; y los responsables de COAG Cartagena, Vicente Carrión; y de COAG Jumilla, Pedro García.

"Muchas veces, los propios agentes te dicen que las denuncias no sirven para nada", según Gil. Por ello, COAG Murcia ha decidido elaborar un documento de 'Manifestación-denuncia' que tendrá en todas sus sedes a disposición de los agricultores y ganaderos víctimas de robos y hurtos, con el fin de evitarles "toda la complejidad burocrática".

Las víctimas podrán recoger estos impresos fotocopiados en cualquiera de las sedes que COAG tiene distribuidas en los distintos municipios y comarcas de la Región de Murcia. La propia organización agraria se encargará de trasladar la denuncia a las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad del Estado.

Gil insta a toda la población a denunciar "cualquier robo por pequeño que sea", y pide a los agricultores y ganaderos que participen y notifiquen "todo lo que pasa en el campo", con el fin de que esos delitos tengan su reflejo en las estadísticas oficiales y se puedan pedir "medidas" al poder legislativo y a los ayuntamientos.

El presidente de COAG Murcia ha recordado que hace años que mantienen reuniones con la Delegación del Gobierno, cuyos datos estadísticos "no se parecen en nada a la realidad". La intención de los agricultores es que "no quede un robo sin denunciar" y que todo lo que pase en el campo se traslade a la estadística.

Gil ha reconocido que no cuentan con datos estadísticos exactos, pero asegura que las cifras oficiales están "por debajo de la realidad", y añade que "habría que ir agricultor por agricultor preguntando quién no ha sido víctima de algún robo". Por ejemplo, Carrión precisa que un cuartel de Guardia Civil pequeño situado en el Campo de Cartagena recibió en 2011 un total de 460 denuncias.

El propio Lencina ha recordado que ha sido víctima de cuatro robos últimamente, en uno de los cuales le llegaron a sustraer 4.000 kilogramos de almendra que tenía secada y dispuesta a embarcar en los camiones para su distribución, la mitad de la cosecha. Por ello, sospecha que los autores le tenían "controlado" y sabían lo que se hacían.

Otras medidas

Por otra parte, COAG reclama al poder legislativo "un cambio de la ley" para que las sustracciones de material valorado por debajo de los 400 euros dejen de ser considerados hurtos y, por tanto, meras faltas, para que tengan rango de robo y computen como delitos.

"Ya está bien", reclama Gil, quien explica que, "llevarse cosas sin permiso es robar de toda la vida", y critica que el hecho de haber hurtos provoca que haya gente que sustraiga cosas 20 ó 40 veces y luego, si es detenido, "queda inmediatamente en la calle", tal y como ponen de manifiesto "las propias Fuerzas y Cuerpos de Seguridad del Estado".

"Si todo lo que sea robar, valga cinco o 400 euros lo sustraído, pasara a ser un delito, la gente lo tomaría más en serio", según añade Gil, quien recuerda a los legisladores que en el campo "no hay puertas ni llave, por lo que la gente puede entrar libremente y tomarse el lujo de quitarte el producto".

COAG critica que, en algunas ocasiones, la gente coge productos del campo para comer, como un racimo de uva o una naranja, pero lamenta que otras "muchas veces", la gente se lleva la mercancía "para especular" y venderla a terceros, por lo que reclama a las administraciones "más control" en los mercados de destino en los que se vende posteriormente el producto.

Gil recuerda que los "amigos de lo ajeno" sustraen de las fincas agrícolas todo tipo de productos, como "el cobre, el hierro, las gomas de los goteros, los abonos minerales e, incluso, el gasóleo". Todo ello "tiene un consumidor final" que es "tan malo como el que lo roba" y que, en muchas ocasiones, es conocido incluso "por las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad del Estado", añade.

Incluso, el responsable de COAG reclama un mayor control en las fronteras españolas, porque muchos de los productos sustraídos terminan siendo comercializados en terceros países comunitarios y extracomunitarios, tanto del norte como del sur.

En tercer lugar, COAG reclama que se potencia la labor de las Juntas de Seguridad municipales y del personal de la Comunidad Autónoma adheridos a estas organizaciones, con el fin de que los mismos ciudadanos puedan ponerse en contacto con los ayuntamientos para poner de manifiesto estos delitos.

Lencina ha pedido la adopción de estas medidas "a demanda de los agricultores y ganaderos" con el objetivo de frenar o, al menos, reducir las "oleadas de robos y hurtos" que están teniendo lugar en el medio rural.

Seguridad privada

Gil ha confirmado que la seguridad privada en el medio rural "ya es una realidad" y, como ejemplo, apunta que varios productores de uva de Totana se han organizado en una sociedad para tomar medidas conjuntas y evitar las sustracciones, lo que ha dado "muy buenos resultados".

En este sentido, explica el objetivo de COAG es que las fincas cuenten con guardias de seguridad, y sus propietarios paguen un canon por hectárea a través de la Cámara Agraria, pero admite que es una medida "compleja" porque muchos agricultores y ganaderos no quieren pagar. Asimismo, COAG propone la instalación de cámaras de seguridad y alarmas en los cabezales de riego.