Baleares contabiliza este año un total de 178 hectáreas quemadas por incendios, lo que supone un 34 por ciento menos que la media registrada en los últimos diez años, que se sitúa en 270 hectáreas, según ha informado el conseller de Agricultura, Medio Ambiente y Territorio, Gabriel Company.

Tras asistir, junto al presidente del Govern, José Ramón Bauzá, al acto de liberación de 5.000 ejemplares de corvina en la Bahía de Palma, Company ha indicado que este verano ha habido un total de 68 incendios en el archipiélago, frente a los 62 que hubo en el 2011, si bien ha matizado que los del año pasado, quemaron un mayor número de hectáreas.

"El año pasado fue terrible y el peor en la última década", ha recordado, al tiempo que ha manifestado que, a pesar de que en 2012 está habiendo un mayor número de incendios, "los apagamos muy pronto", gracias al "importante" trabajo del Instituto Balear de la Naturaleza, los Bomberos de Palma y de Mallorca y Protección Civil.

En este sentido, ha indicado que incendios que en otro momento "sin una buena profesionalidad quemaban cientos de hectáreas, como pasa en otras partes de España, como Canarias, aquí hemos podido frenarlos con pocas hectáreas quemadas".

Por otra parte, Company ha apuntado que "siempre ha habido incendios intencionados", tal como, a su juicio, ha sucedido con el de Son Vida, que quemó 9,5 hectáreas de pinar. Asimismo, ha recordado que la Guardia Civil detuvo a una persona por el incendio de San Salvador, en el municipio mallorquín de Felanitx.

Para el conseller, "posiblemente, la media de porcentaje de incendios intencionados está un poco por encima de lo que debería de haber", razón por la cual ha mostrado su "preocupación" y ha vuelto a pedir la colaboración ciudadana. Al mismo tiempo, ha destacado que las fuerzas del Seprona y los agentes de medio ambiente están "muy al tanto de velar por si en algún momento dado se pueda detener a las personas que hacen mal a la naturaleza".

Sin embargo, ha recordado que Mallorca es muy grande y para evitar los incendios intencionados, "habría que mantener a un guardia detrás de cada pino". Tras considerar "muy injusto" que una persona se dedique a hacer daño a la naturaleza, ha recalcado que la normativa es "muy dura y contundente contra la gente que actúa de esta manera, pero hay que encontrarla y debe haber todos los indicios de culpabilidad".