La Audiencia Provincial de Castellón ha ratificado la condena de un año y seis meses de prisión a un hombre por atropellar a otro con el que previamente había mantenido una pelea en el interior de una discoteca después de que éste se acercara a su novia. Asimismo, deberá indemnizarle con 12.001 euros.

La sentencia, recogida por Europa Press, señala que los hechos se remontan a la madrugada del 16 de junio de 2002, cuando los dos varones se encontraban en el interior de una discoteca situada en el polígono Los Cipreses de Castellón y uno de ellos se acercó a la novia del otro. Esto provocó el inicio de una pelea en la que ambos "se propinaron recíprocamente golpes y puñetazos" que provocaron su expulsión del local.

Una vez fuera, según prosigue el relato de hechos probados, uno de ellos se dirigió a su vehículo y atropelló al otro hombre "pasándole por encima de las piernas", a pesar de que este se encontraba en un lugar habilitado para aparcamiento separado de la calzada por un bordillo.

Como consecuencia del atropello, sufrió una fractura-luxación bimaleolar del tobillo derecho, esguince en tobillo izquierdo y contusión gemelar izquierda, heridas para las que precisó tratamiento médico-quirúrgico y que tardaron en sanar 180 días durante los cuales estuvo impedido para realizar sus ocupaciones habituales. Asimismo, padece como secuelas dolor y cicatrices postquirúrgicas en tobillo derecho.

Por estos hechos, el juzgado de lo Penal número 3 de Castellón condenó a ambos varones a 100 euros de multa por sendas faltas de maltrato y al autor del atropelló, además, a un año y seis meses de prisión por un delito de lesiones y a indemnizar al herido.

No obstante, el condenado a prisión presentó un recurso de apelación en el que esgrimía legítima defensa en la pelea del interior de la discoteca —al igual que el otro procesado— y apuntaba también que el atropello se produjo "sin voluntad y bajo el ánimo de huir del lugar rápidamente para evitar ser agredido".

"riña mutuamente aceptada"

En cuanto a la pelea, el tribunal señala que se trata del "típico caso de riña mutuamente aceptada" en la que un enfrentamiento verbal "desafiante" progresa "a base de iniciales empujones y acercamientos corporales para demostrar que no se retrocede" hacia la agresión física mutua.

Por ello, insiste en que se trató de una pelea recíprocamente consentida en la que ambos actores provocaron el enfrentamiento y resulta, así, "prácticamente anecdótico" quien llegara a dar el primer golpe.

Asimismo, respecto a la voluntariedad del atropello posterior, señala que el acto "fue voluntario y nada casual", ya que el herido estaba tendido en una zona de acera a la que el conductor debió de acceder 'ex profeso' y "con la sola intención de pasar por encima de aquel con quien precisamente se acababa de pegar en el interior de la discoteca".