Descubriendo secretos del País Vasco por el camino de la costa

  • Este camino es tan antiguo como el Camino Francés a Santiago.
  • Tras Zarautz, villa marinera y de aficionados al surf, llegan Getaria y Zumaia.
  • A mitad del camino, en Guernica, obligada visita a su Árbol y a la Casa de Juntas.

Desde Irún, en la frontera con Francia, hasta Pobeña, en la entrada a Cantabria, el Camino de la Costa permite descubrir un nuevo Euskadi. Una ruta llena de alicientes, entre ellos el gastronómico, que recupera la tradición de los reyes europeos que peregrinaban a Santiago de Compostela.

El Camino de la Costa es tan antiguo como el Camino Francés, el más transitado en el peregrinaje hasta Santiago. Era usado sobre todo por los reyes y nobles europeos que querían eludir los territorios donde todavía se libraba la Reconquista. Hoy vuelve a ser una ruta llena de interés para el viajero.

La ruta comienza en Irún, en el Puente Internacional de Santiago, sobre el Bidasoa. Desde Irún, después de recorrer su casco histórico, se puede enfilar hacia Hondarribia.

Desde esta ciudad monumental, la carretera GI-3440 serpentea por la subida al monte Jaizkibel, donde, en una ladera, se encuentra la ermita de Guadalupe. Después llegan los primeros pueblos pesqueros: Pasajes de San Juan y Pasajes de San Pedro, que son el preludio de la llegada a San Sebastián.

La capital guipuzcoana merece una parada sin mirar el reloj. Se puede pasear por el casco viejo, por el Paseo de la Concha, visitar el Kursaal, ascender al parque de atracciones y al mirador del monte Igueldo...

De Ondárroa al interior de Vizcaya

Tras dejar San Sebastián, el camino prosigue hasta llegar a Zarautz, villa marinera y de aficionados al surf. La carretera N-634 bordea el litoral hacia Getaria  y Zumaia, donde se ubica la casa museo del pintor Ignacio Zuloaga.

El recorrido serpentea por el litoral. La recompensa es poder admirar pueblos tan encantadores como Mutriku  y Ondárroa. A partir de este punto, la ruta gira hacia el interior.

Guernica marca la mitad del camino. Esta población, inmortalizada por el famoso cuadro de Picasso, merece la obligada visita a la Casa de Juntas y el Árbol de Guernica, bajo el que jura el cargo el lehendakari vasco. Tras salir de Guernica, se pasa el alto de Morga, se rebasa Lezama y Zamudio y se entra en el gran Bilbao.

El Puente Colgante, vigilante de la ría de Bilbao

Bilbao, con una amplia oferta de ocio y cultura, justifica una estancia a fondo. Entre los lugares de interés destacan la basílica de Begoña, el Teatro Arriaga y el Museo Guggenheim, además de sus casas señoriales y sus parques.

Se sale de Bilbao dirigiéndose hacia las ciudades industriales de la margen izquierda de la ría del Nervión: Barakaldo, Sestao y Portugalete. Aquí se encuentra el Puente Colgante o Puente de Vizcaya, una construcción de hierro, obra de Alberto Palacio, que une Portugalete con Getxo. Fue levantado en 1893 y es patrimonio de la humanidad. Tiene una pasarela peatonal colgada a 45 metros de altura.

La carretera N-634 reaparece para llegar hasta Muskiz, el municipio ubicado en el punto más occidental de la costa vizcaína, y que limita por el norte con el Cantábrico. Desde aquí, se asciende hasta Pobeña, que cuenta con la única playa natural de la margen izquierda, La Arena. Sus acantilados anuncian la cercanía de Cantabria y el final del Camino de la Costa por territorio vasco.

A lo largo del recorrido, el viajero ha podido hacerse una idea de la gastronomía del País Vasco. Si uno se cansa de estar de pie en las tabernas tomando pinchos, puede buscar un buen restaurante, cosa fácil. Algunos restaurantes que cabe destacar son, en San Sebastián, Kokotxa (Galardonado con 1 Sol de Repsol) (tel.: 943 421 904) y Casa Nicolasa (Galardonado con 1 Sol de Repsol) (tel.: 943 421 762); en Gernika, Zallo Barri (tel.: 946 251 800); en Bilbao, Zortziko (Galardonado con 2 Soles de Repsol) (tel.: 944 239 743) y Aizian(Galardonado con 2 Soles de Repsol) (tel.: 944 280 039).

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