Kasabian firma el mejor concierto del Low Cost Festival

  • Kasabian ofrecieron hora y media larga de un concierto arduo y memorable en el que apenas despegaron el pie del acelerador.
  • La tríada británica conformada por Suede, Placebo y Kasabian ha firmado una participación sobresaliente en el Low Cost Festival.
Kasabian durante un concierto.
Kasabian durante un concierto.
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Kasabian durante un concierto.

Si el Low Cost Festival fuese Londres 2012, lo de Reino Unido sería ya de triple oro: primero fue Suede, el sábado Placebo y el domingo Kasabian. La tríada británica ha firmado una participación sobresaliente, que esta noche ha apuntalado el grupo de Tom Meighan probablemente con el mejor concierto de todos.

Gracias a este festival que el domingo cerró sus puertas, Benidorm por fin ha conocido una invasión inglesa que no tiene que ver con "hooligans", pieles requemadas ni con el turismo de pulsera "todo incluido", sino con la calidad musical de unos embajadores de excepción que han convertido esta edición en la más concurrida de su historia. Tras agotar todas las entradas —veinte mil aproximadamente—, 18.000 personas más según la organización se han apuntado a la última jornada, que ha abrazado diversas modalidades de rock patrio.

El catálogo fue de la suavidad del catalán The New Raemon, al zaragozano Bigott, pasando por los valencianos La Habitación Roja —que acabaron lanzando una guitarra por los aires—, el toledano Jero Romero, los divertidos albaceteños Putilatex y los madrileños Vetusta Morla, padrinos morales del festival. "Es un gusto ver con qué buen gusto ha crecido este festival", ha dicho Pucho, cantante de esta banda que ha actuado en sus tres ediciones y que el domingo volvió a suscribir un gran directo, con momentos de intensidad rabiosa, como en Autocrítica o En el río.

Mapas y Boca en la tierra han abierto el repertorio, en el que no faltaron canciones imprescindibles como Valiente, Un día en el mundo y Saharabbey Road y en el que temas relativamente recientes como Lo que te hace grande, El hombre del saco o Los días raros, tras el rodaje necesario desde su visita del pasado año, se han revelado ya como nuevos clásicos.

Vetusta Morla ha heredado en cualquier caso un público extasiado por sus antecesores en el escenario principal, Kasabian. Los ingleses ofrecieron hora y media larga de un concierto arduo y memorable en el que apenas despegaron el pie del acelerador y que bien podría haber servido para poner música a una película de Guy Ritchie o de Quentin Tarantino.

Fue un show marcado por un rock veloz —hasta en las gafas de inspiración motociclista de Meighan— con sus apuntes de distorsión futurista y esas conocidas influencias de Stone Roses y Oasis, que se perciben especialmente en cortes como Underdog y su conocido riff de guitarra.

Intenso ha sido el arranque, con Days Are Forgotten, Shoot The Runner y Velociraptor, y explosivo ha sido el final, con L.S.F. (Lost Souls Forever), Switchblade Smiles, Vlad The Impaler y Fire. En medio hubo alguna concesiones a la épica e incluso a su vena sentimental (Goodbye Kiss) sin perder brío en la tarea, gracias a cortes vivos como Re-Wired y Clubfoot.

Donde Meighan tomaba un respiro, cogía el relevo el guitarrista y compositor Sergio Pizzorno, que se marcó un meritorio medley de Take Aim y el clásico de The Korgis Everybody's Got to Learn Sometime, entre otros momentos reseñables.

Perfectamente ensamblados, a máxima potencia y clavando prácticamente el sonido de sus cuatro discos, incluyendo el reciente Velociraptor! (2011) convirtieron al público en un mar embravecido de brazos en alto y saltos que ni su compatriota William Turner, el pintor de La tempestad, hubiera representado mejor.

Orgulloso de la gesta, Meighan aún se permitió rematar la faena con una interpretación a capella del She Loves You de The Beatles antes de abandonar el escenario más chulo que un ocho, sabedor de que él y su banda habían escrito una página importante en un Low Cost histórico.

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