Piden penas de nueve años para los acusados de secuestrar a un empresario hostelero en Oviedo

La Fiscalía del Principado de Asturias solicita la condena para cuatro acusados por el "secuestro exprés" de un empresario, ocurrido en Oviedo en el mes de octubre de 2011. Concretamente pide nueve años de prisión para los tres supuestos autores del rapto, y seis para una ex empleada del negocio que presuntamente facilitó la información sobre la víctima.

La Fiscalía del Principado de Asturias solicita la condena para cuatro acusados por el "secuestro exprés" de un empresario, ocurrido en Oviedo en el mes de octubre de 2011. Concretamente pide nueve años de prisión para los tres supuestos autores del rapto, y seis para una ex empleada del negocio que presuntamente facilitó la información sobre la víctima.

La vista oral por los hechos se celebrará ante la Audiencia Provincial de Asturias en una fecha aún por determinar. El escrito de acusación de la Fiscalía, presentado ya ante el Juzgado correspondiente, tiene fecha de 12 de marzo.

Los acusados son J. C. G. C., nacido en 1971; A. C. R., nacido en 1985; J. M. U. L., nacido en 1991; y M. A. M., nacida en 1987. Todos ellos son asturianos.

La víctima es J. Á. F. (fallecido recientemente), propietario de un restaurante en Abuli (Oviedo).

La Fiscalía sostiene que, sobre las cinco de la mañana del 9 de octubre de 2011, el empresario J. Á. F. llegó a su domicilio en Oviedo, tras haber estado con un familiar y una vez cerrado su negocio, en el que esa noche se había celebrado una boda. Una vez en el garaje de su casa, se dirigió al ascensor y, en ese momento, fue abordado por los acusados A. C. R. y J. C. G. C., que conocían sus movimientos ya que, tanto ellos como el también acusado J. M. U. L., le habían estado siguiendo. Los imputados iban encapuchados, con pasamontañas negros, que apenas dejaban ver sus ojos y boca. También llevaban guantes.

Una vez junto a él, le llamaron por su nombre de pila y el nombre de su establecimiento y se lanzaron sobre él, J. C. G. C. armado con una barra de uña, al tiempo que le decían que querían el dinero del restaurante, que sabían que esa noche había habido una boda.

J. Á. F. les respondió que en el local habría unos 2.000 ó 2.500 euros, a lo que los acusados le replicaron que debería haber unos 12.000. No obstante, el empresario les explicó que las bodas se pagaban mediante transferencia. Mientras tanto, le obligaron a entregarles su teléfono móvil y las llaves del restaurante, del coche y de la casa.

Los acusados dijeron a J. Á. F. que no hiciera ninguna tontería, que sólo querían el dinero, que conocían los datos de su familia y que, en caso de ir a la cárcel, cuando salieran irían a por él. También le aseguraron que fuera del garaje había un tercer compañero.

Así, se dirigieron al vehículo de J. Á. F., subiéndose con él J. C. G. C., en la parte trasera derecha. Durante el trayecto hasta el restaurante, detenidos en un semáforo, se cruzaron con un vehículo policial, pero J. C. G. C. amenazó al empresario: "Nada de tonterías con la Policía".

Ya en el restaurante, el hostelero y J. C. G. C. accedieron a su interior. Unos tres minutos más tarde llegó A. C. R. con el tercer acusado, J. M. U. L., que también iba con el rostro cubierto. Una vez en el despacho de J. Á. F., le obligaron a comunicar a la empresa de seguridad que había regresado a recoger un teléfono móvil que se le había olvidado. A continuación, le hicieron abrir la caja de seguridad, en la que había una bolsa con 5.500 euros en metálico, así como otra bolsa con los cambios del tabaco.

Con el dinero en su poder, los acusados y el propio J. Á. F. salieron del local. En el exterior, le dijeron a este último que arrojarían las llaves delante de la puerta del restaurante y que echara a correr hacia la izquierda, que ellos irían hacia la derecha, dándose a la fuga con el botín.

Colaboró una empleada suya

La Fiscalía mantiene que la información sobre el restaurante, su propietario y los eventos que se celebraban en el local fue proporcionada a A. C. R. por la también acusada M. A. M., empleada del establecimiento desde mayo de 2010 y que conocía perfectamente sus propósitos ilícitos.

Tras los hechos, los acusados A. C. R., J. C. G. C. y J. M. U. L. decidieron seguir con el mismo tipo de actividades delictivas, por lo que comenzaron a controlar a otro empresario, propietario de un pub de Oviedo. Le estuvieron siguiendo al menos entre las cinco y las ocho y media de la mañana del 13 de noviembre de 2011 para conocer sus movimientos y poder perpetrar una nueva actuación como la llevada a cabo con J. Á. F. Si los acusados no llegaron a concretar sus intenciones fue porque fueron detenidos por lo ocurrido con este último empresario.

La Fiscalía acusa a A. C. R., J. C. G. C. y J. M. U. L. de un delito de detención ilegal del artículo 63.1 del Código Penal en concurso medial con un delito de robo con intimidación de los artículos 237, 242.1 y 77, y de un delito contra el orden público. A la acusada M. A. M. le imputa un delito de detención ilegal en concurso medial con un delito de robo con intimidación en concepto de cooperadora necesaria. Respecto a los delitos de detención ilegal y de robo con intimidación concurre la agravante de disfraz.

El Ministerio Público solicita que se condene a A. C. R., J. C. G. C. y J. M. U. L. a

Nueve años de prisión para cada uno y a M. A. M. a SEIS años de prisión. Pago de las costas procesales a partes iguales.

Además, la Fiscalía solicita que los acusados indemnicen de forma conjunta y solidaria a J. Á. F. (a sus herederos) con 5.500 euros por el dinero sustraído y con 6.000 más por los daños morales, así como con la cantidad que se determine en sentencia por la cantidad correspondiente al tabaco, también robada, y al móvil.

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