Dos ataques de oso ahuyentan a 70 ovejas en el Pirineo de Lleida

La Generalitat destina entre 3.000 y 6.000 euros al año para compensar a los ganaderos

Dos ataques de oso pardo entre finales de junio y principios de julio han ocasionado la dispersión de 70 ovejas en el Pirineo de Lleida, ha explicado a Europa Press el director del Servicio de Biodiversidad y Protección de los Animales de la Generalitat, Jordi Ruiz.

Ruiz, que ha indicado que se trata de "un caso excepcional", ha explicado que el primer ataque se produjo sobre un rebaño que no está en el programa de agrupación —que busca precisamente evitar los ataques de oso—, mientras que el segundo tuvo lugar justo en el momento en que un pastor estaba de camino para proceder a la unificación.

El primero se produjo entre el 21 y 22 de junio y provocó la dispersión de 30 ovejas, mientras que el segundo se dio la semana del 10 de julio y provocó la huída de otras 40.

El experto en el programa de reintroducción del oso en los Pirineos ha recordado lo "atípico" de estos ataques, que se producen en un año de sequía en el que los plantígrados tienen más dificultades para alimentarse, si bien ha precisado que las ovejas están perdidas en montañas de difícil acceso pero es posible que reaparezcan antes de que finalice la campaña de verano.

Ruiz ha ensalzado el programa de reagrupación de rebaños, recordando que en los últimos cinco años solo se ha producido un ataque sobre ganado que forme parte del proyecto, mientras que se dan entre ocho y diez ataques sobre rebaños que no están vigilados.

En todo caso, los expertos tienen contabilizadas una media de 16 muertes de oveja por ataque de oso al año, una cantidad que ha disminuido en los últimos años a pesar de que ha aumentado el número de osos.

En lo que va de año se han confirmado una docena de muertes, de las que ocho se han producido en el Pallars Sobirà —habitualmente son tres como máximo—.

La Generalitat compensa económicamente a los ganaderos cuando se demuestra un ataque de oso o lobo, en función del valor de la cabeza entre 30 y 2.000 euros —en caso de que fuera una yegua preñada, por ejemplo—, y con 90 euros adicionales por las molestias causadas.

El gasto para la administración catalana por este concepto oscila entre 3.000 y 6.000 anuales, ha señalado Ruiz, incluyendo también las compensaciones a apicultores por ataques a colmenas —este año de momento no se ha dado ninguno—.

El especialista ha recordado que la reintroducción del oso debe contar con la complicidad del territorio afectado, especialmente de los ganaderos, y ha señalado que por cada euro destinado al seguimiento del oso pardo se dedican tres a la coexistencia con los humanos.

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