Trabajadores de Teletech protestan ante la Embajada estadounidense por la marcha de la corporación americana de España

Unos 150 trabajadores de la empresa Teletech han protestado ante la Embajada estadounidense por la marcha de España de la corporación multinacional de origen americano, que cierra su filial tras más de 12 años de actividad.

Unos 150 trabajadores de la empresa Teletech han protestado ante la Embajada estadounidense por la marcha de España de la corporación multinacional de origen americano, que cierra su filial tras más de 12 años de actividad.

La compañía prestaba servicios de asistencia telefónica a diferentes compañías en Madrid, Toledo, Valencia y Barcelona, siendo Movistar y Vodafone sus principales clientes. Además de rechazar el Expediente de Regulación de Empleo (ERE) a través del cual se despedirán a 1.500 empleados, según los sindicatos, los trabajadores han pedido a las compañías telefónicas que se hagan cargo de estos servicios hasta ahora contratados a Teletech.

Un representante del sindicato CGT en la compañía, Santiago Alonso, hacía referencia en declaraciones a Europa Press a los "niveles de excelencia" alcanzados en la prestación de estos servicios a las compañías telefónicas, y ha pedido la implicación de las compañías para evitar la destrucción de empleo.

En este sentido, ha informado que también han mantenido contactos con la Junta de Castilla-La Mancha para evitar la marcha de la compañía o intentar al menos que otra subcontrata en España pueda absorber los puestos de trabajo que se pierden con el ERE.

"cierre de patronal encubierto"

Por su parte, el representante de CC.OO. en la empresa a nivel nacional, Álvaro Gómez, ha manifestado a Europa Press que la marcha de la empresa de atención telefónica es "un cierre patronal encubierto".

"Todo indica que estaba orquestado: han dejado morir la empresa para marcharse y no hacer frente a su responsabilidad social. Se quieren ir de un día para otro y dejar 1.500 personas en la calle con una mano delante y otra detrás", ha declarado.

También se ha pronunciado en este sentido el representante de CGT, que ha apuntado que la empresa ha ido cerrando uno a uno los contratos suscritos por la compañía para operar en España. Así, muchos trabajadores señalaban que la multinacional ha suscrito ya acuerdos para prestar servicios de telefonía en Costa Rica, donde presumiblemente tendrá costes de explotación inferiores.

Enterados de su despido por los medios

Gómez también ha censurado las formas de anunciar el cierre de la filial, ya que, según ha lamentado, los trabajadores se enteraron de la decisión "a través de una nota de prensa". "No han tenido ni siquiera el detalle de comunicárselo primero a los trabajadores", ha dicho.

"Entendemos que estas empresas, aparte de ganar dinero, tienen una responsabilidad social con sus trabajadores, algunos de los cuales han dado un tercio de su vida para ella", ha apostillado. Según su testimonio, trabajadores con larga experiencia en la empresa serán despedidos con ocho o nueve días de indemnización por año trabajado.

Los trabajadores, que han mostrado su descontento con una sonora y continua pitada frente a la embajada estadounidense, han acudido a la marcha ataviados con camisetas para la ocasión, de rojo aquellos que prestaban servicios subcontratados por Vodafone (y con camisetas que utilizaban el logo de la compañía para formar una cara triste con el lema 'No al cierre') y de azul los de Movistar.

Entre otros lemas, han coreado '¿Dónde están, no se ven, los empleos del PP'?, '¡Esto nos pasa por un Gobierno facha!', y 'El próximo parado, que sea un diputado'. Algunas pancartas presentes en la protesta rezaban 'Movistar es cómplice de TeleTech' o '¿Dónde está Vodafone?'.

El cierre de la compañía está previsto para el próximo 16 de agosto, según han informado los sindicatos, aunque los trabajadores han apuntado que la actividad de la compañía en España finaliza al terminarse el presente mes.

La compañía anunció el pasado 13 de julio el cese de actividades de la filial ante los resultados negativos de 2009 y 2010 y "la falta de contratos", que hacían "insostenible la continuidad" de estas operaciones. Así, hacían alusión a las seis caídas consecutivas en la facturación de la compañía desde el primer trimestre del pasado año y a un balance negativo de pérdidas y ganancias de 7,8 millones desde su llegada al país.

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