Badiola propone un etiquetado de productos que informe al consumidor sobre el bienestar animal

Juan José Badiola, director de la Agencia Aragonesa de Seguridad Alimentaria y ponente en el curso 'Bienestar animal: animales de producción y de experimentación. Repercusiones en la salud pública' que se realiza en el Centro 'Olavide en Carmona', ha defendido este miércoles la necesidad de adoptar etiquetados que garanticen el bienestar del animal, de forma que la población conozca "qué animales han llevado una vida adecuada desde su producción a su sacrificio" repercutiendo positivamente en su salud.
El Doctor Juan José Badiola
El Doctor Juan José Badiola
EUROPA PRESS
El Doctor Juan José Badiola

Juan José Badiola, director de la Agencia Aragonesa de Seguridad Alimentaria y ponente en el curso 'Bienestar animal: animales de producción y de experimentación. Repercusiones en la salud pública' que se realiza en el Centro 'Olavide en Carmona', ha defendido este miércoles la necesidad de adoptar etiquetados que garanticen el bienestar del animal, de forma que la población conozca "qué animales han llevado una vida adecuada desde su producción a su sacrificio" repercutiendo positivamente en su salud.

Badiola ha destacado que actualmente en productos de origen animal como huevos, carnes o leche se indica que "no se han utilizado ciertos productos químicos, que los conservantes son los adecuados, el país de origen o donde se ha producido", pero falta el etiquetado que destaque el bienestar animal, aspecto que se pondrá en marcha en el nuevo Plan 2012-2015 de la UE.

"Aunque son animales destinados al consumo y a ser sacrificados, durante su vida tienen que tener derechos", ha criticado Badiola, que ha demandado una mayor concienciación social a través de asignaturas como "la de Ciudadanía" en la que se informe al menor de edad sobre qué productos son los más adecuados.

En este sentido, alude a investigaciones para ahondar en los procesos de bienestar y las emociones del animal y su repercusión en el consumo en aspectos como "medir y valorar el estrés, la etología, los mecanismos cerebrales o como se comportan y sienten los animales".

También defiende que "salud y calidad supone más ahorro que el dos por ciento de coste que implica la norma del bienestar animal", una novedad dentro del Plan 2012-2015 que ha impuesto la Unión Europea, que también apuesta por reequilibrar el sistema de bienestar animal, la calidad de los productos, fomentar las investigación, mayor formación de los profesionales o incluir un etiqueta que garantice la seguridad en los productos de origen animal. "El mal cuidado produce más muertes súbitas y pérdida de calidad en el producto", explica Badiola en una entrevista con Europa Press.

La salud pública "está muy relacionada con el bienestar" argumenta, ya que no cumplir con la normativa vigente da lugar a "carnes pálidas, húmedas, blandas y exudativas" tras el sacrificio, fruto de patologías como el estrés "que produce unos cambios bioquímicos en el organismo". Este estado de "no bienestar" puede transmitirse a los humanos a través de "patógenos peligrosos" consecuencia de las enfermedades que adquiera el animal en una vida "sin derechos ni bienestar", enfatiza el experto.

"producción intensiva dentro de un orden"

En este sentido, el principio de "condicionalidad" del Plan de Unión Europea recoge que los ganaderos deberán de cumplir con el Tratado comunitario para "gozar" de las subvenciones, siendo en caso de incumplimiento sancionado e incluso pudiendo perder su licencia como ganadero. Badiola cree que "tocar al ganadero en las subvenciones puede garantizar el cumplimiento" en unas normas que dice "son de sentido común" y que buscan "una producción intensiva dentro de un orden, que es el bienestar, la higiene y la salud animal".

Agua, comida, contacto social con otros animales, espacios amplios, evitar el malestar, el disconfort técnico, evitar las enfermedades o garantizar una buena iluminación e inspecciones periódicas por los ganaderos son algunas de las imposiciones que el inspector veterinario controla en sus visitas, explica Badiola. No obstante, advierte que el incumplimiento o su menor desarrollo proviene de "un desconocimiento social y escasa formación de los profesionales" promoviendo la educación y especialización en profundidad del sector.

"Al 67 por ciento de los consumidores europeos les preocupa el bienestar animal pero eso no se expresa a la hora de comprar" indica Badiola en base a un estudio europeo en el que el consumidor, aún inquieto por la realidad animal, se fija en el precio y la calidad percibida, "también se debe a que estamos en crisis", razona.

Así ejemplifica está situación: "los huevos de gallinas camperas, los morenos, se compran más que los blancos, que son los que se producen en granjas intensivas. El motivo no es que los otros sean mejores sino que la gente los compra más porque percibe que es mejor, porque les recuerda a los que consumía su abuela y pagan más".

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