El ministro español de Exteriores, Miguel Angel Moratinos, advirtió en la Asamblea General de la ONU de que las migraciones se perfilan como "uno de los grandes retos del Siglo XXI, y España está en primera línea".

"La pobreza nos conduce a un nuevo desafío global, la gestión de los flujos migratorios, pues la necesidad y el hambre no conocen fronteras", afirmó en su intervención ante el foro, centrada en lo que definió como "viejos conflictos y nuevos desafíos".

Las causas

"Las desigualdades en la distribución de la renta, el desempleo, la ausencia de perspectivas de futuro, la inestabilidad política, el escaso respeto de los derechos humanos o la indignidad de las condiciones de vida empujan a desplazarse a más de 200 millones de habitantes en todo el planeta", aseveró.

Tras apuntar que "los efectos demográficos de estos flujos se perciben no sólo en los países emisores, sino también en los de tránsito y destino", Moratinos subrayó que "estamos obligados a racionalizar y gestionar el control de las migraciones".

Por otra parte, destacó que España ha incrementado su ayuda al desarrollo, "que alcanzará el 0,5 % PIB en 2008", y puso de relieve el Plan Africa del Gobierno español, del que dijo que "supone un mayor esfuerzo de colaboración y compromiso para sortear la situación de dramática pobreza y enfermedad" en ese continente.

Hizo un guiño al presidente senegalés, Abdoulaye Wade, de quien elogió "sus programas de futuro, que merecen todo nuestro apoyo".

"Las migraciones y los intercambios han dado paso al nacimiento de una sociedad multicultural no exenta de tensiones. Esta realidad emergente estimula el florecimiento de retos que exigen un análisis critico para tender puentes sólidos entre Oriente y Occidente", precisó antes de aludir a la Alianza de Civilizaciones.

Calificó esa iniciativa -impulsada por España y Turquía- de "patrimonio de la humanidad", e indicó que "la crisis de las caricaturas (de Mahoma) o los efectos e interpretaciones de las palabras de su Santidad el Papa" revelan la urgencia de su "puesta en marcha".

Los viejos conflictos

Entre "los viejos conflictos", aludió al de Oriente Próximo e hizo un llamamiento a la formación de una "coalición por la paz" en esa región, donde consideró que "la única vía de solución es la acción política y diplomática, no la militar".

Defendió tanto "la creación de un estado palestino" como "el final de la violencia y el terror contra Israel", y pidió "una paz global que incluya a Siria y El Líbano".

Expresó la necesidad de "imprimir un ritmo mas acelerado" a los esfuerzos por resolver de manera "dialogada y efectiva el conflicto del Sahara Occidental", con un acuerdo "que respete el principio de autodeterminación en el marco de Naciones Unidas".

"Esa voluntad de dialogo y compromiso puede desbloquear ese viejo contencioso, como ha sucedido con Gibraltar", agregó, y aludió a continuación a "los primeros acuerdos en el Foro Trilateral de Diálogo, reunido el pasado lunes en Córdoba".

Puntualizó, sin embargo, que "estos acuerdos no suponen en absoluto que mi Gobierno renuncie a la soberanía de Gibraltar".

Moratinos resaltó por último el compromiso de España con la ONU y con el proceso de reforma de la organización mundial, y se felicitó en ese sentido de la creación de instancias como la Comisión de Consolidación de la Paz y el Consejo de Derechos Humanos, así como la aprobación de la Estrategia Global contra el Terrorismo.