El rector de la Universidad de Valladolid (UVA), Marcos Sacristán, ha garantizado que concederá "amparo" al profesor que lo ha solicitado tras denunciar "presiones y amenazas" por parte del padre de un alumno para lograr una calificación mayor del mismo, al tiempo que ha anunciado que se estudiarán las circunstancias y los datos concretos que hay detrás de esta situación.

Sacristán ha señalado en declaraciones recogidas a Europa Press que la institución deberá estudiar las circunstancias concretas que hay detrás de esta denuncia y articular su proyección en función de los hechos, al tiempo que ha insistido en que la "independencia" es un "timbre de gloria" que hay que mantener.

Por su parte, el consejero de Educación de la Junta, Juan José Mateos, ha eludido pronunciarse sobre esta situación, ya que, como ha explicado, este tipo de cuestiones corresponde al ámbito interno de la propia universidad.

En concreto, como ha informado la Cadena SER, el director del Departamento de Cirugía, Oftalmología, Otorrinolaringología y Fisioterapia de la Universidad de Valladolid, Carlos Vaquero, ha pedido amparo al rectorado ante las "presiones" y "amenazas" que ha recibido por parte del padre de un alumno que pretendía una nota mayor para su hijo.

El "hartazgo" del prestigioso catedrático le ha llevado a desvelar que el padre de citado alumno es Javier Castrodeza Sanz, director general de Ordenación Profesional del Ministerio de Sanidad.

Carlos Vaquero ha hecho pública su situación tras padecer una "pesadilla" que se traduce, según la SER, "un mes insoportable de presiones" por parte de este político del Partido Popular que estuvo en la Junta de Castilla y León como director general de Salud Pública y director general de Planificación hasta que fue "fichado" por Ana Mato.

Carlos Vaquero ha desvelado "presiones" a través de distintos cauces, como un SMS a su teléfono móvil particular. El motivo único era pedirle que a su hijo (estudiante del último curso de Medicina) en lugar de un 9,4 en una asignatura fundamental, le pusiera una matrícula de honor.

"Alguien me decía que en 1939 determinados alumnos obtenían el aprobado de determinadas asignaturas (algunos la carrera) uniformados delante del profesor y, además, lo que hacían es coger la pistola y dejarla encima de la mesa, más que nada para estar un poco más cómodos", según la declaración del catedrático recogida por la Cadena.

Fuentes del Ministerio de Sanidad admitieron que Javier Castrodeza había mantenido contactos con Carlos Vaquero porque habían sido compañeros de docencia en la Facultad. El motivo de la conversación, según las mismas fuentes, era anunciar que su hijo presentaría una reclamación por lo que considera un error claro. "Es lo lógico entre compañeros", añadieron fuentes del Ministerio.