Por ello, pide que se baje de 14 a 12 años la edad a partir de la que se puede iniciar un proceso contra un menor (antes de los 14, los menores que delinquen se salen de rositas, judicialmente hablando). Gisbert achaca la subida de delitos a que «la sociedad es cada vez más violenta, a la programación de la televisión y a que no sabemos educar».

Acuchilló los muebles

La fiscal intervino ayer en el curso Tres retratos de violencia: hijos tiranos, alumnos violentos y bandas juveniles en la Universidad Internacional Menéndez Pelayo y destacó el alarmante aumento de malos tratos de hijos (de 14 a 18 años) a padres: «18 en 2001, 117 en 2002, 159 en 2003, 289 en 2004 y 323 en 2005». En una ocasión, según narró, el niño «se atiborró a pastillas, le dio un brote y, cuando lo despertaron, se puso a acuchillar muebles. Hicieron falta ocho policías para llevarlo al Peset».

El niño violento pertenece a todo tipo de niveles sociales, tiene 14 ó 15 años, no sufre patologías graves y sus padres trabajan fuera todo el día.

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Problemas con niños adoptados

La fiscal de Menores relató ayer que «cada vez hay más padres adoptivos que denuncian a sus hijos, que los agreden tras producirse un choque cultural» (se refirió a niños adoptados en otros países). También se dan reacciones violentas cuando el niño se entera, en la adolescencia, de que es adoptado. Por otra parte, denunció que sólo existe un equipo técnico de mediación formado por una persona (trata de resolver los casos antes de llegar a juicio) para Valencia y provincia.