El 70% de la superficie agrícola de Andalucía sufre riesgo de erosión

La mano del hombre, el clima y los desastres naturales están detrás de la amenaza de desertización que vive la comunidad.
La erosión del suelo está considerada actualmente como el mayor problema al que debe enfrentarse la agricultura de la región. La propia Agencia del Medio Ambiente de la Junta de Andalucía reconoce que, pese a que la pérdida de suelo fértil no es un fenómeno espectacular, ocasionará un grave deterioro económico y productivo a largo plazo.Según Emilio González, ingeniero agrónomo de la Asociación Española Agricultura de Conservación-Suelos Vivos (AEAC-SV), el 70% de la superficie agrícola de Andalucía está amenazada por la erosión. Somos, junto con la Comunidad Valenciana y Murcia, la región española con más riesgo de que sus campos se conviertan en eriales.

Más detalles

¿Cómo se produce la erosión?: La erosión del suelo está ocasionada por el desprendimiento de las partículas que lo componen hasta llegar a convertirse en piedra. En los últimos cuarenta años, un tercio de la superficie cultivable del planeta se ha vuelto improductiva por este motivo. Es a lo que nos referimos cuando hablamos de desertización.

Factores: La forma de cultivar del hombre es la gran culpable de que se esté produciendo esta situación. El clima mediterráneo (con lluvias fuertes en cortos periodos de tiempo) o los incendios también afectan de manera negativa a nuestros suelos.

Algunas cifras

Meteorología: Según la AEAC-SV, en el área mediterránea se han llegado a perder entre veinte y cuarenta toneladas de suelo por hectárea tras una tormenta fuerte.

Suelos irrecuperables: El 5% de toda la superficie agrícola española sufre

un grado de erosión que puede calificarse ya como irreversible.

Cultivos

Sin labrar la tierra

El suelo no debe ser labrado desde la recolección del cultivo hasta la siembra del siguiente, ya que, al labrar, la tierra queda demasiado suelta y se favorece el desprendimiento de las partículas del suelo. Las malas hierbas se pueden controlar usando herbicidas con bajo impacto ambiental.

Rastrojos

Como protección

Los rastrojos de la cosecha anterior no deben quemarse. Hay que dejarlos en la explotación para que protejan las capas vulnerables del suelo de la lluvia (drenan la absorción y ahorran agua de riego) y del viento. Dejarán nutrientes como abono natural y atraerán CO2 de la atmósfera, evitando así el cambio climático.

Aplicación

Para cualquiera

Estas directrices o recomendaciones sirven para la explotación de cualquier cultivo, especialmente en trigo, girasol, olivar, almendros y naranjos. Su aplicación en los invernaderos es más complicada, pero no es imposible. Más información en www. aeac-sv.org, o en el teléfono 957 422 099.

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