Las aves convierten la plaza de la Trinidad en un corral

Los pájaros toman el lugar al caer la tarde. Los excrementos lo impregnan todo y el aire se vuelve irrespirable. Los vecinos dicen que temen por su salud.
Un banco de la plaza, lleno de excrementos de pájaros. Arriba, bandada de estorninos, ayer por la tarde (Torres).
Un banco de la plaza, lleno de excrementos de pájaros. Arriba, bandada de estorninos, ayer por la tarde (Torres).
Un banco de la plaza, lleno de excrementos de pájaros. Arriba, bandada de estorninos, ayer por la tarde (Torres).
Los granadinos evitan pasar por la plaza de la Trinidad, y no es para menos. El olor nauseabundo que se respira en la zona durante todo el día y la presencia de miles de plumas al caer la tarde hacen que el aire se vuelva irrespirable. La culpa la tienen las decenas de bandadas de estorninos que cada día toman la zona.«Esto se ha convertido en un corral», dice Enriqueta Zafra, una de las comerciantes de la zona a la que las aves  «me van a volver loca». Tanto es así, que cada vez que ve un camión de Inagra (empresa municipal de limpieza) apunta el teléfono para llamar y pedir que limpien la plaza.

«A partir de las siete de la tarde el gorjeo nos obliga a hablar a voces, no podemos abrir las ventanas y si andas por la calles te llueven excrementos». Loli Pérez vive en uno de los pisos de la Trinidad asustada por la salud, «porque tanta suciedad como dejan, que no se puede uno sentar ni en un banco, tiene que crear enfermedades».

Algo parecido piensa Dolores Soria, propietaria del quiosco de helados de la plaza y que no vende «ni una botella de agua cuando dan las ocho porque la gente evita pasar por aquí».

No contestan

Los vecinos aseguran que han llamado en más de una ocasión al Ayuntamiento. El responsable del área de Mantenimiento, por su parte, dice que no ha recibido ninguna queja formal y que desconoce el tema. «Será que el olor no llega a la plaza del Carmen», apostilla con sorna Ana Olmo, encargada de un puesto.

Qué está pasando

Dormideras: Estos pájaros han abandonado el campo ante la construcción de urbanizaciones y vienen a la ciudad a buscar refugio, afirma Jorge Garzón, delegado de la Sociedad Española de Ornitología.

Plagas: En invierno será peor. A los pájaros autóctonos se les unirán los que emigran de Europa.

Solución: Redes, halcones y más árboles en el campo. Mientras, los vecinos piden más limpieza.

Eva Fernández Roldán. 27 años. «Llegan a las ocho de la tarde y ya se ponen a pelear por coger sitio en los árboles. Tengo que cerrar la puerta del ruido que hacen y por la mañana está hecho un asco. Aunque lo limpien a primera hora, siempre está igual».

Iván Facal Fernández. 20 años. «Trabajo aquí de camarero y veo la situación a diario. A los clientes de nuestra terraza les molesta y podrían mancharse en cualquier momento. Es cierto que la plaza está más sucia, aunque a mí me gusta oírles cantar».

Begoña Gutierrez López. 34 años. «Vivo aquí desde hace ocho años, y no había visto nunca tantos pájaros. De verdad que asusta. No cruzo por la plaza nunca y, aun así, el otro día me encontré con un regalito en la manga de una chaqueta al lavarla».

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