Lo único que recuerda Rubén de la Fuente, de 16 años, es que aquel día había ido a la piscina con su novia y un amigo. Lo demás es vacío. Cuando se despertó, le dijeron que casi muere ahogado.
Alfredo García, de 54 años, "se murió un poquito". Aquella mañana conducía su coche camino al trabajo cuando perdió el conocimiento. Estuvo sólo dos días en coma, pero no recuerda nada de lo ocurrido. Había sufrido una parada cardiaca.
Una ocasión especial
A Rubén, a Alfredo, a Donatila, de 82 años, que sufrió una parada cardiorrespiratoria en plena calle; a Lucía, de seis años, que mientras jugaba cayó al suelo y sufrió un traumatismo en la cabeza que le provocó convulsiones... A todos se les cruzó la fatalidad, pero también los facultativos del Samur, sin cuya rápida atención no hubieran podido contar su historia.
La Casa de Vacas, en el Retiro, acogió ayer a pacientes y a médicos. Era una ocasión especial: se cumplía el
287 casos diarios
El Samur-Protección Civil nació en 1991 en la capital, y en los últimos años lleva a cabo unas 287 intervenciones diarias, lo que se traduce en más de 100.000 actuaciones al año.
En la actualidad tiene 560 profesionales, entre médicos, enfermeros y técnicos de transporte sanitario. Anualmente entrenan a unas 5.000 personas en primeros auxilios y también dan cobertura a 1.500 actos deportivos, culturales o festivos.
"Estamos muy agradecidos"
La sonrisa de Miriam
Miriam Alonso dice que no olvidará las caras de Víctor y Ángel, los dos médicos del Samur que la atendieron en el Metro. Un chico con problemas mentales la empujó a las vías, el tren la atropelló y perdió una pierna. Ángel dice que se le quedó grabado el rostro ensangrentado de aquella joven. Ayer la vio sonreír.
Ahogado en la piscina
"No soy creyente, pero creo que he tenido otra oportunidad", contaba ayer Rubén de la Fuente, de 16 años, mientras esperaba para dar las gracias a Ervigio Corral, jefe de operaciones del Samur, que fue quien le salvó la vida. El pasado junio, Rubén estuvo a punto de morir tras ahogarse en una piscina. El Samur lo reanimó.
A corazón abierto
El caso de Przemyslaw Wrublski ha pasado a la historia del Samur. Este polaco de 26 años recibió varias puñaladas. Una de ellas impactó en el corazón, por lo que los médicos del Samur tuvieron que abrirlo en plena calle y practicarle un masaje cardiaco. "Vi las imágenes después y me dio un poco de asco", decía ayer, entre risas.
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