Casi seis de los algo más de sesenta millones de habitantes que tiene Francia son obesos, según el informe epidemiológico ObEpi-Roche presentado hoy, y que constata además que uno de cada tres franceses está rollizo.

Elaborado cada tres años, el estudio asegura que 5,91 millones de franceses tienen un índice de masa corporal superior a 30, cifra que marca la frontera de la obesidad patológica.

El índice de la masa corporal (IMC) se calcula dividiendo el peso en kilos por el cuadrado de la altura en metros. Un IMC normal está comprendido entre 18,5 y 24,9, mientras que la obesidad severa comienza a partir de 35 y la obesidad masiva se da a partir de 40.

Los autores del estudio destacan la existencia de dos tendencias muy marcadas: el aumento constante de la obesidad en Francia desde hace nueve años, aunque se nota una ralentización de esta tendencia, y una "toma de conciencia" del problema especialmente en las clases más favorecidas de la sociedad.

Uno de cada tres, de buen año

El estudio asegura que, además del problema de obesidad que presentan seis millones de franceses, una de cada tres personas en el país está más o menos rolliza, es decir, que tiene un IMC superior a 25.

Los autores del informe apuntan algunos parámetros que han cambiado a peor desde el pasado análisis de 2003.

Así, citan por ejemplo, el contorno de cintura medio de la población ha pasado de 87,2 a 88 centímetros, y la obesidad de tipo mórbido ha pasado del 0,6 por ciento al 0,8 por ciento del total de la población.

Mala tendencia en los últimos nueve años

Con respecto a los últimos nueve años, el aumento de la epidemia de obesidad es aún más inquietante: el número de obesos en el sentido estricto ha pasado del 8,2 por ciento al 12,4 por ciento de la población, lo que supone un aumento del 5,7 por ciento por año.

Durante ese mismo periodo, los franceses han crecido una media de 4 milímetros, su peso ha aumentado 2,1 kilos y su contorno de cintura ha ganado un centímetro cada tres años.

Según el estudio, sólo el 53,5 por ciento de la población presenta un peso considerado como normal, 4,9 por ciento son considerados delgados, 29,2 por ciento demasiado corpulentos, 11,6 por ciento son obesos y 0,8 por ciento presentan obesidad masiva.

Esas cifras esconden disparidades: el sobrepeso afecta especialmente a las personas de ingresos bajos y a los habitantes del norte y del este de Francia.

Las mujeres corpulentas son más numerosas que los hombres y se confirma una tendencia observada desde hace cuarenta años: de generación en generación la obesidad comienza a edad más temprana.