Horizontes volcánicos, desérticos, repletos de lagos, islas solitarias, parques arqueológicos y una flora y fauna exuberante. Cinco de los espectáculos naturales más emblemáticos del país se extienden a tu paso para que los descubras al volante, disfrutando de la ruta y de las vistas.
Parque de Aigüestortes, Cataluña
Situado en plena cordillera de los Pirineos, el Parque de Aigüestortes es uno de los parajes naturales más majestuosos y ricos que existen, siendo el único Parque Nacional de Cataluña.
Sus más de 200 lagos, se rodean de montañas de abetos centenarios, bosques de pino negro, prados alpinos y canchales. Prendaros de verde y agua por el Camí dels Enamorats, Sant Maurici, la Roca de la Cremada, o l’estany Llong, entre otras excursiones.
Bárdenas Reales, Navarra
En el sureste de Navarra, en la depresión del Ebro, se extiende un singular paraje semidesértico, lleno de caprichosas formas rojizas esculpidas por el agua, la arcilla y la caliza.
El paisaje de las Bárdenas Reales, desnudo e inhóspito, propio de otras latitudes, dibuja laderas cortadas, planas mesetas, profundos barrancos y solitarios cerros, inspiración de pintores y escritores, y refugio de bandoleros.
La rojez de la arenisca nos ofrece un espectáculo inigualable cuando el sol cae en el horizonte.
Playa as Catedrais, Galicia
Custodiados bajo el mar y gigantes de pizarra y esquisto se hallan 320 metros de fina arena blanca.
Cerca de Ribadeo, la bajamar nos descubre una de las playas más hermosas y solemnes de Galicia. Las cuevas y arbotantes góticos de roca de gran altura, horadados por el mar, ofrecen un espectáculo natural que contrasta con la claridad de su arena y agua.
La Playa as Catedrais es sin duda un paraje incomparable e imprescindible.
Formentera, Baleares
Formentera es uno de los últimos paraísos del Mediterráneo. Su visita puede llevarnos menos de un día.
En sus rincones se esconden paraderos como el faro de "La Mola", un acantilado impresionante que Julio Verne describió como el 'Faro del Fin de Mundo', y la playa Ses Illetes, un pasillo de arena blanca que se adentra en el mar.
El clima, el bellísimo equilibrio de colores y la luz, convierten la isla en un edén donde desaparecer en cualquier época del año.
Las Médulas, Castilla y León
Las Médulas fueron las mayores explotaciones de oro a cielo abierto que los romanos poseyeron en Hispania, de donde surgió un entorno paisajístico espectacular.
El verde intenso de los castaños, robles, escobas y carqueixas contrastan con los colores rojizos y anaranjados del terreno, de elevaciones montañosas, y de curiosas formaciones arenosas integradas hermosamente con la vegetación. El conjunto muestra un tapiz grandioso e inigualable.
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