Hace tiempo que la crisis golpea con fuerza al sector textil, que entre enero y octubre de 2011 experimentó una bajada del 6% en su producción, y entre 2004 y 2008 perdió 1.350 empresas, según un informe del Centro de Información Textil y de la Confección (Cityc).

En 2012, Adolfo Domínguez se ausentó de la Madrid Fashion Week y clausuró 46 tiendas. Unos meses antes, la diseñadora Amaya Arzuaga había cerrado sus fábricas en Burgos porque "producir en España es carísimo".

Ahora es la firma de moda sevillana Victorio&Lucchino la que ha anunciado despidos y un proceso de reestructuración empresarial para hacer frente a las dificultades financieras por las que atraviesa debido a la crisis económica.

En un escueto comunicado, la empresa sevillana ha asegurado que cuenta con un "solvente plan de viabilidad que garantiza la continuidad de la firma y la actividad", y ha informado de que "no hará valoraciones" del proceso concursal en el que está inmersa.

Fuentes judiciales han informado a Efe de que el concurso de acreedores ha correspondido al juzgado de lo Mercantil 2 de Sevilla, que se lo notificará a la empresa interesada y resolverá sobre su admisión.

El concurso de acreedores fue instado de forma separada en junio por dos acreedores diferentes, que lo dirigieron contra V&L Costura Diseño y Moda, la empresa matriz de los modistos.

Victorio y Lucchino, que entre otros diseñaron el traje que lució la duquesa de Alba en su boda en octubre del 2011 en Sevilla, cerraron, en agosto de 2011, su céntrica tienda en la Plaza Nueva de Sevilla.

El local, que sigue en venta, tiene 760 metros cuadrados en dos plantas y, según informó entonces la empresa, su cierre se debió a la búsqueda de un modelo "completamente distinto", con atención personalizada al cliente.

Las sociedades del grupo Victorio y Lucchino tienen también varios locales en Sevilla con embargos.