Greenpeace cifra en 133 millones el coste de la "mala gestión" en la costa valenciana

La factura del urbanismo conlleva que el 52% del borde costero se encuentre en regresión
Imagen De Una Playa De Benidorm
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La organización ecologista Greenpeace asegura que "la mala gestión costera" —con actuaciones como regeneración de playas, dragados, espigones y reconstrucción de paseos marítimos— supone "un derroche de dinero que podría evitarse con una política de gestión integral de la costa". En concreto, respecto a los casos analizados en la Comunitat Valenciana, se constata que se han malgastado 133 millones de euros solo en regeneración artificial de playas, que implicarán nuevos gastos en los próximos años.

Así se desprende de la duodécima edición del informe 'Destrucción a toda costa 2012' que ha presentado este jueves la ONG, en el que además se indica que dada la situación de urbanización del litoral valenciano, se pone de manifiesto que es continuo el aporte de dinero público para mantener los arenales.

Desglosando, sólo en tres años (2009-2011) fueron necesarios 125 millones de euros para regenerar la playas. Además, el estudio señala que la política actual de costas no está teniendo en cuenta la mayor amenaza a la que la costa se enfrenta; el cambio climático, que supondrá para la Comunitat un coste de 253 millones de euros de aquí a 2100 debido a la intensificación de los temporales y las sequías, así como la subida del nivel del mar.

Así, la ONG destaca que al futuro derroche de dinero en la Comunitat hay que añadir el dinero que el Estado se gasta en los más de 8.000 kilómetros de costa española cada año, 100 millones de euros como media.

Si se realiza la misma estimación de aquí a 2100 significará la inyección de 8.800 millones de euros. Entre Burriana (Castellón) y Sagunto (Valencia) se necesitan otros 100 millones de euros para regenerar 25 kilómetros de costa.

Pérdidas para la autonomía

Una de las principales conclusiones del análisis es que, por lo general, al ejecutarse obras en la costa no se contempla el impacto económico añadido de la pérdida del capital natural.

Actualmente se ha perdido casi el 60 por ciento de la superficie de humedales costeros o el 70 por ciento de las lagunas costeras y sólo el 20 por ciento de los sistemas dunares está en buen estado.

El informe subraya que la mala gestión también se traduce en pérdidas para la región que cuenta con la costa más erosionada de la península ibérica, de forma que el 14 por ciento se encuentra afectada por procesos graves de erosión y el 52 por ciento del borde costero se encuentra en regresión.

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