Haciendo el Camino de Santiago en Galicia y por carretera

  • O Cebreiro, en los Ancares, es punto de partida: allí abundan las "pallozas".
  • En Melide se puede admirar el crucero de piedra más antiguo de Galicia.
  • Desde el Monte de Gozo la vista de Santiago y la Catedral es espectacular.
Catedral de Santiago de Compostela.
Catedral de Santiago de Compostela.
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Catedral de Santiago de Compostela.

Son muchas las razones que llaman a alguien a hacer el Camino de Santiago. Cualquier excusa es buena, si es que hace falta alguna, para cubrir alguna de la etapas del Camino de Santiago, la primera gran ruta cultural europea. En este caso se sigue el tramo del Camino que discurre por Galicia.

El año santo, o jacobeo, tiene lugar cuando el día de la festividad del apóstol Santiago, el 25 de julio, cae en domingo. En el siglo XXI, esto solo ha pasado en el año 2004 y en 2010. Y no volverá a repetirse hasta el año 2021. El Camino de Santiago está pensado para ser hecho a pie o en bicicleta. Sin embargo, también se puede disfrutar al cien por cien por carretera, con la posibilidad de pequeñas excursiones que enriquecen la experiencia.

O Cebreiro, inicio de la ruta

El puerto lucense de O Cebreiro, en la provincia de Lugo, a 1.300 metros de altura, es el punto de partida. Situado en la sierra de los Ancares, frontera natural entre León y Galicia, en sus alrededores abundan las “pallozas”. Son construcciones prerromanas con paredes de piedra y tejado de tallos de centeno, muy típicas en toda la sierra.

Una vez superado O Cebreiro, siguiendo la N-VI, o la moderna autovía A-6, la ruta desciende hasta el desvío de Becerreá. El destino de esta etapa es Sarria, que tiene un área para autocaravanas junto al Pabellón de Deportes. Sarria fue erigida villa real a finales del siglo XII de la mano del rey Alfonso IX, quien moriría en ella en 1230. Destaca la iglesia de Santa Marina.

De vuelta a la ruta, se prosigue hacia el oeste. Se cruza el río Miño para acceder a Portomarín, con la iglesia-fortaleza de San Nicolás, levantada por los caballeros de la Orden de San Juan para protección de los peregrinos.

Hacia el corazón de Galicia

El Camino se interna por el corazón de Galicia, por Palas de Rei, ya en la N-547, hasta Melide, donde se puede admirar el crucero de piedra más antiguo de Galicia. La ruta lleva ahora hasta Arzúa, en la provincia de A Coruña, localidad famosa por su queso autóctono.

Los nombres de los pueblos (Calzada, Brea, A Rúa) anuncian que uno se encuentra en el tramo final del Camino de Santiago. Pero la tradición y el buen sentido marcan que no se puede entrar en la capital jacobea así como así.

Monte de Gozo y las torres del Obradoiro

Primero hay que desviarse hasta el Monte de Gozo. En esta zona,  muy frecuentada por turistas y peregrinos, hay buenas  instalaciones para la acampada. Desde aquí la vista de Santiago de Compostela y de las torres de la Catedral del Obradoiro es espectacular. Los viajeros más avezados aconsejan acudir a la puesta de sol, pernoctar y dejar la entrada a la ciudad para el día siguiente.

Bien descansados es como mejor se puede apreciar el encanto de Santiago, ciudad patrimonio de la humanidad. Santiago es un festín para el viajero/peregrino: la plaza del Obradoiro, la Catedral y el Pórtico de la Gloria del Maestro Mateo, la plaza de la Quintana, la Universidad, las calles porticadas...

El Camino de Santiago también permite apreciar lo mejor de la cocina gallega: lacón (pierna delantera del cerdo), grelos (cogollos de los nabos), ternera, patatas, quesos (de Arzúa y O Cebreiro), vino (albariño, ribeiro), orujo (aguardiente)...

Con todo, hay tres alimentos que todo peregrino debe catar: las vieiras, símbolo del viaje, el pulpo a la gallega y la tarta de Santiago. Además de los restaurantes que se hayan podido visitar en el viaje, en Santiago se encuentran Ana  (Galardonado con 1 Sol Repsol) (tel.: 981 570 792) y, sobre todo, Casa Marcelo (Galardonado con 2 Soles Repsol) (tel.: 981 558 580), que ofrecen cocina gallega del siglo XXI.

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