Un jurado declara culpable de homicidio al joven que mató al novio de su madre en Los Pajaritos

Un jurado popular ha declarado culpable de un delito de homicidio, y no de asesinato como pedía la Fiscalía, a F.J.B., el joven acusado de matar de varias puñaladas con un cuchillo de 20 centímetros de hoja al novio de su madre en la barriada sevillana de Los Pajaritos, todo ello después de que éste le propinara una bofetada a su progenitora.

Un jurado popular ha declarado culpable de un delito de homicidio, y no de asesinato como pedía la Fiscalía, a F.J.B., el joven acusado de matar de varias puñaladas con un cuchillo de 20 centímetros de hoja al novio de su madre en la barriada sevillana de Los Pajaritos, todo ello después de que éste le propinara una bofetada a su progenitora.

Así, el jurado ha declarado al acusado culpable de un delito de homicidio con la eximente incompleta por trastorno mental, tras todo lo cual la Fiscalía, que pedía diez años de internamiento por asesinato, ha rebajado su petición a siete años y seis meses de cárcel y el pago de 36.282,16 euros al padre de la víctima, mientras que la defensa del imputado ha pedido que la pena que se le imponga la cumpla en un centro psiquiátrico "externo" y se ha opuesto al pago de la indemnización.

De este modo, el jurado ha considerado probado que el procesado, "que no mantenía una buena relación" con la víctima, mató al compañero sentimental de su madre después de que éste la abofeteara, para lo cual cogió de la cocina un cuchillo de 20 centímetros de hoja con el que le propinó una serie de puñaladas que provocaron que la víctima muriera desangrada tras sufrir un shock hipovolémico.

También ha considerado probado que el acusado propinó las puñaladas "con intención de causarle la muerte", tras lo que se cambió de ropa, se lavó las manos y esperó la llegada de la Policía, así como que, en el momento de los hechos, sufría un trastorno de la personalidad con rasgos de tipo paranoide y un "cierto" déficit intelectivo, lo que supone aplicar a los hechos la eximente incompleta por trastorno mental.

No hubo alevosía,

Según el jurado

Por el contrario, los miembros del jurado, que se han mostrado desfavorables al indulto, no han visto probado que el imputado "aprovechara" que la víctima "se encontraba acostada y falta de reflejos", de manera que han rechazado que el acusado actuara con alevosía, siendo los hechos por tanto constitutivos de un delito de homicidio y no de asesinato.

Según relata el Ministerio Público en su escrito de acusación, al que ha tenido acceso Europa Press, el joven acusado, F.J.B., vivía en el número 33 de la calle Mirlo con su madre y, desde hacía un año, también con el compañero sentimental de ésta, con el que "no mantenía buena relación".

Los hechos tuvieron lugar sobre las 22,00 horas del día 29 de abril de 2010, cuando la víctima regresó a la vivienda "en estado de embriaguez" y mantuvo una discusión con la madre del acusado en el transcurso de la cual le propinó a ésta una bofetada, incidente que fue escuchado por el imputado, que le preguntó a su madre por lo sucedido, aunque ésta le dijo que "no se metiera en su vida".

Tras ello, se dirigió a la cocina y cogió un cuchillo de 20 centímetros de hoja con el que se dirigió hacia la habitación donde se encontraba la víctima, donde, "con el propósito de acabar con su vida, aprovechó que estaba acostado de lado y falto de reflejos debido a su estado de embriaguez" para situarse sobre la cama.

Sin tiempo para reaccionar

En ese momento, el fallecido abrió los ojos, pero "sin tener tiempo ni capacidad para reaccionar" a la acción del acusado, que le propinó una primera puñalada en la espalda. El fallecido intentó protegerse de las sucesivas acometidas "lanzando manotazos de forma desesperada", pese a lo cual "no pudo evitar que el imputado lograra clavarle el cuchillo en distintas zonas del cuerpo".

Finalmente, la víctima logró quitarse de encima al imputado "al poder lanzarle una patada" que lo tiró de la cama al suelo, lo cual le permitió "ponerse a duras penas de pie", llegando en ese momento al dormitorio la madre del procesado, que intentó quitarle el cuchillo a su hijo. Pese a que no lo consiguió, éste abandonó la habitación mientras la víctima, "herida de muerte", se recostó sobre la cama, falleciendo instantes después por las heridas de arma blanca recibidas.

Tras el suceso, el acusado se cambió de ropa y se lavó las manos, quedándose a las puertas del domicilio esperando la llegad de la Policía y manifestando a los agentes que acababa de apuñalar a la pareja de su madre.

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