El juez del robo del Códice cree que el dinero hallado al electricista procede de la Catedral y duda que vendiese piezas

Señala la "meticulosidad" del detenido, cuya mujer e hijo "casi con absoluta certeza" desconocían que hubiese sustraído el manuscrito
José Antonio Vázquez Taín
José Antonio Vázquez Taín
EUROPA PRESS/UNIÓN PROFESIONALES DE GALICIA
José Antonio Vázquez Taín

El titular del Juzgado número dos de Santiago de Compostela e instructor de la causa sobre el robo del Códice Calixtino, José Antonio Vázquez Taín, ha confirmado que la principal hipótesis con la que se trabaja es que todo el dinero incautado al autor confeso del hurto, el electricista Manuel F.C., procede de la Catedral compostelana y ha manifestado dudas de que llegase a vender objetos religiosos y de arte sustraídos del templo, aunque este punto está pendiente de ratificar definitivamente.

En una entrevista en la Radio Galega recogida por Europa Press, el magistrado apunta a que los 1,2 millones de euros y los 30.000 dólares que se encontraron en registros en propiedades del detenido la semana pasada, así como los en torno a 600.000 euros contenidos en la maleta localizada en las últimas horas, procederían de sustracciones en dependencias de la Catedral, no sólo de los cepillos del templo, aunque puntualiza que es preciso hacer otras comprobaciones para ratificarlo.

Así, ha especificado que aún es necesario comprobar si el detenido "manejaba cuentas bancarias o si tenía todo el dinero en casa", con lo que existe la posibilidad de que alguna parte del botín incautado proceda "de su propio trabajo" como electricista. "Está todo muy verde, hacer afirmaciones en eso es temerario", ha matizado, a la espera de que en las próxima horas se realice, en una entidad bancaria, el recuento definitivo del dinero hallado en la maleta.

Aunque el juez ha afirmado que aún es preciso cerrar la línea de investigación de si Manuel F.C. llegó a vender alguna pieza extraída de la Catedral compostelana, ha avanzado que "parece que todo queda desechado en ese sentido" y que "no se apoderó de nada dentro de la Catedral para venderlo".

En cualquier caso, ha puntualizado que aún queda "muchísimo trabajo que hacer", de forma que la operación continúa y "seguramente" habrá que hacer más registros para llevar a juicio datos concretos sobre "dónde cogió el dinero, en qué fechas lo cogió, en qué cantidades o con qué frecuencia". En este sentido, la voluntad del juez es imprimir "la mayor rapidez posible" al proceso, aunque señala que no se pueden aportar fechas concretas.

METICULOSO

La convicción del magistrado es que "el mismo" 4 de julio de 2011 que Manuel F.C. cogió el Códice Calixtino de la Catedral, "lo envolvió meticulosamente en papel de periódico" y lo escondió en el garaje de O Milladoiro empleado como trastero, donde "tenía la certeza de que no se podía acercar a él porque podía ser descubierto". "En eso sí que fue muy cuidadoso, en no acercarse a él", ha dicho.

Precisamente, el juez que investiga la desaparición del Códice Calixtino ha resaltado "la meticulosidad" y "la inteligencia" del autor confeso del robo del manuscrito del siglo XII, de forma que llevaba la contabilidad del dinero que iba sustrayendo en unas notas manuscritas y mantenía una vida "muy austera" que no levantaba sospechas.

Pese a que el pasado jueves Manuel F.C. confesó el robo del Códice Calixtino horas antes de pasar a disposición judicial, Vázquez Taín advierte que "los detenidos no soltaron prenda y siguen sin soltar prenda". Sin embargo, el electricista no pudo negar la evidencia del hallazgo del volumen en un garaje de su propiedad. No obstante, el principal sospechoso, que fue enviado el pasado viernes a prisión, "no colaboró y sigue sin colaborar nada".

Respecto a la situación de su mujer y de su hijo, quienes también fueron enviados el pasado viernes a prisión tras su declaración en sede judicial, Vázquez Taín ha señalado que tiene "casi la absoluta certeza" de que ninguno de los dos era consciente de que el padre de familia era el autor de la desaparición del Códice. No obstante, tuvo que decretar para ellos prisión provisional ante el temor a que destruyesen pruebas.

"Teníamos miedo de que, aunque no fueran partícipes del delito, el hecho de que estuviese el padre, tratasen de defenderlo intentado esconder alguno de los elementos de pruebas que pudiésemos obtener para poder llegar a juicio", ha explicado el magistrado, quien ha agregado que el electricista "tomó mucha precaución de que el escondite donde metió el Códice fuera muy desconocido".

Móvil de la desaparición

Acerca del móvil del robo del manuscrito, el instructor de la causa ha indicado que hay "un amplio abanico" abierto de posibilidades, "desde el motivo económico, la venganza, el oportunismo...". Eso sí, ha descartado por completo que hubiese una organización detrás de la desaparición de esa joya bibliográfica.

No obstante, conocida la desaparición del volumen, el juez confirma que se produjeron "ofertas" de personas interesadas en comprarlo. "Hubo quien lo quiso comprar e hizo ofertas, lo que pasa es que no tenían destinatario, porque este hombre no se movió", ha relatado Vázquez Taín, quien ha subrayado la dificultad de una investigación como ésta porque "el riesgo de no encontrar el libro era enorme".

Al respecto, incluso ha reconocido que la mayoría de los integrantes del equipo tenía "un 80% de seguridad" de que con la detención de Manuel F.C. se iba a dar "un avance importante" en la investigación, pero que no se encontraría ya de inmediato el Códice Calixtino.

José Antonio Vázquez Taín ha indicado que se llegaron a barajar "40 nombres de sospechosos", algunos del entorno de la Catedral pero otros no, de forma que incluso el pasado lunes, horas antes de proceder a la detención de Manuel F.C., aún se manejaban "tres nombres por lo menos". "Se fue juntando mota de polvo a mota de polvo para inclinarnos más por una persona que por otra", ha relatado.

Respecto a la imagen del electricista captada por las cámaras, el juez ha aclarado que hubo que comprobar a "más de 200 personas" que también aparecían en las imágenes en el entorno del lugar donde estaba depositado el manuscrito, con lo que hubo que ir eliminando sospechosos, algunos de los cuales portaban mochilas, con lo que el foco podría situarse aún más sobre ellos.

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