De vacaciones con nuestro animal de compañía

Cuando el vínculo es intenso (como debería ser) muchos no imaginan irse de vacaciones sin la compañía de su perro o gato. De modo que compartir las vacaciones con nuestro animal de compañía es una práctica cada vez más habitual. Según un estudio realizado por la empresa veterinaria CEVA, uno de cada dos españoles viajará con su mascota este verano. El 53% de los dueños de mascota que no viajarán con ella optará por dejarla en manos de un amigo o familiar.

La razón principal para no trasladarse al lugar elegido para disfrutar las vacaciones es la "difícil adaptación" de las mascotas a lugares desconocidos, según alega casi un tercio de los consultados.

Encontrar alojamientos aptos para animales sigue siendo, según el 16% de los encuestados, la principal razón por la que no elige a su mascota como compañero de viaje. Viajar juntos en cualquier caso exige un mínimo de obligaciones y precauciones.

Lo primero es visitar al veterinario. Tenemos que garantizar que la cartilla sanitaria de nuestra mascota esté al día en vacunas. Además, nos extenderá un certificado de buena salud.

El día del viaje no conviene que el animal coma entre cuatro y seis horas antes de iniciarlo. Dependiendo del carácter del animal y del tipo de viaje puede ser recomendable administrarle un calmante. La dosis, que dependerá de la duración del desplazamiento, debe decidirla el veterinario.

No todos los hoteles permiten la entrada a animales y los hay que tienen reglas particulares, como permitir solo un animal o de pequeño tamaño . Eso nos obliga a buscarlo y reservarlo con antelación. Internet ha conseguido que ambos trámites sean sencillos.

En los establecimientos hoteleros rurales y en los pisos de alquiler suele ser más fácil que acepten a nuestro animal.

La Asociación Internacional de Transporte Aéreo (IATA) especifica dos sistemas para viajar con animales domésticos que son: como equipaje en la bodega del avión o en cabina junto al pasajero.

Las compañías aéreas no tienen por qué aceptar este último sistema, dado que no están obligadas a transportar animales vivos en la cabina de pasaje. Sin embargo muchas compañías  permiten este servicio (conviene informarse antes), normalmente cuando se trata de perros y gatos cuyo peso no supere los 6 kilos y siempre dentro de un transportín (máximo 45 cm. de largo, 35 cm. de ancho y 25 cm. de profundidad). Algunas compañías permiten hasta ocho kilos. En caso de pesar más o de que se trate de un animal exótico, viajará en la bodega dentro de una jaula homologada.

Si nuestro viaje es en coche, el animal debe llevar o bien un cinturón de seguridad especial o una reja homologada en la parte trasera para que no pueda afectar a la conducción. Otra opció es acomodarlos en una jaula o trasportín.

Las mascotas son más sensibles a los cambios de temperatura, así que asegúrate de que el animal viaja cómodamente, sin una calefacción demasiado alta o el aire acondicionado muy frío. Y nunca hay que dejarlo solo en un coche vacío expuesto al so.