Carles Bosch ve el futuro del cine "muy crudo" pero confía en gente "con mucha imaginación y muy pocos medios"

El cineasta Carles Bosch ha afirmado este miércoles en Santander que es "pesimista" en cuanto al futuro del cine y lo ve "muy crudo", pero confió en que surja gente que "con mucha imaginación y muy pocos medios pueda hacer algo". "No sé si será mi caso porque me he acostumbrado a cierto presupuesto", confesó el director, quien explicó que sus películas "se ajustan a una cronología, que implica tiempo y, a su vez, dinero".
Carles Boch
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UIMP
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El cineasta Carles Bosch ha afirmado este miércoles en Santander que es "pesimista" en cuanto al futuro del cine y lo ve "muy crudo", pero confió en que surja gente que "con mucha imaginación y muy pocos medios pueda hacer algo". "No sé si será mi caso porque me he acostumbrado a cierto presupuesto", confesó el director, quien explicó que sus películas "se ajustan a una cronología, que implica tiempo y, a su vez, dinero".

"Yo no soy optimista, no sé qué va a pasar en nuestro terreno", insistió Bosch, quien comentó que la situación del cine documental también es "muy difícil" porque puede necesitar un "presupuesto gordo". Así, comentó que, a diferencia del cine de ficción, donde tú te inventas la cronología, los documentales "necesitan el paso del tiempo".

Bosch, nominado al Oscar por 'Balseros', hizo estas declaraciones en una entrevista previa a su participación en las Actividades Culturales de la Universidad Internacional Menéndez Pelayo (UIMP), donde esta tarde presenta, junto al expresidente de la Generalitat de Cataluña, Pasqual Maragall, y su mujer, Diana Garrigosa, el documental 'Bicicleta, cuchara, manzana', un conmovedor retrato de la lucha personal contra la enfermedad de Alzheimer del exalcalde de Barcelona.

El cineasta advirtió también que observa, tanto en Cataluña como en todo el país, "un recorte de libertades brutal" que le ha implicado tener problemas a la hora de distribuir su documental sobre el Alzheimer, "por primera vez en treinta años".

Sobre 'Bicicleta, cuchara, manzana', el cineasta comentó que durante más de dos años siguió la enfermedad de Maragall, a quien "ya conocía y admiraba" por su gestión como alcalde de Barcelona y por "todo lo que ayudó en Sarajevo". "Cuando anunció su enfermedad, me quedé en shock", confesó Bosch, y añadió cuando le llamaron para hacer algo que enseñara a la gente la enfermedad, vio claro que la película debía ser el seguimiento del personaje.

El cineasta confesó que vivió "con mucho miedo" todo el proceso de la película por "no acertar" al mostrar la enfermedad de un personaje público, y no se tranquilizó hasta que no vio las reacciones en el Festival de Cine de San Sebastián. "Fueron tan buenas que me relajé", apuntó.

Según explicó, los que tienen familiares con esta enfermedad han visto cosas "mucho más fuertes" que decidió no plasmar por su propia "autocensura", pero, el que no está familiarizado y ha visto películas de ficción que tratan al Alzheimer siempre en estados "mucho más avanzados", podría pensar que el documental no le aporta nada.

"Maragall y la familia tenían muy claro desde el principio que quería enseñarlo tan abiertamente", señaló el cineasta, quien aseguró que siempre han sido "transparentes, personas muy abiertas y no querían estar disimulando".

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