Mar Solís abre espacios de reflexión "transitables" sobre la fragilidad y el equilibrio en el IVAM

La escultora Mar Solís (Madrid, 1967) exhibe desde este miércoles y hasta el próximo 14 de octubre en el Institut Valencià d'Art Modern (IVAM) un total de 48 piezas de madera y objetos dibujados, obras que se pueden admirar "desde dentro", pasando por debajo de ellas y abren así "espacios de reflexión transitables" sobre la fragilidad y el equilibrio.
Mar Solís Bajo Una De Sus Esculturas En El IVAM
Mar Solís Bajo Una De Sus Esculturas En El IVAM
EUROPA PRESS
Mar Solís Bajo Una De Sus Esculturas En El IVAM

La escultora Mar Solís (Madrid, 1967) exhibe desde este miércoles y hasta el próximo 14 de octubre en el Institut Valencià d'Art Modern (IVAM) un total de 48 piezas de madera y objetos dibujados, obras que se pueden admirar "desde dentro", pasando por debajo de ellas y abren así "espacios de reflexión transitables" sobre la fragilidad y el equilibrio.

Bajo el nombre de 'La línea, la curva, la elipse', la muestra, presentada esta mañana por la propia autora, junto a la directora gerente del IVAM, Consuelo Císcar, el secretario autonómico de Cultura, Rafael Ripoll, y el comisario de la misma, Rafael Sierra, utiliza el lenguaje de la abstracción para moldear las figuras de madera de caoba, oscurecidas en su superficie rojiza para adoptar la apariencia del acero cortén oxidado, y a su alrededor, un "juego" de sombras, creado las propias piezas, van cambiando el espacio.

Al entrar a la galería expositiva, hay una primera parada en los cuadernos de dibujo de la creadora, que según ha explicado, son "como un laboratorio de ideas" y una manera de "llevar el taller a cuestas" en sus muchos viajes, ya que después, las líneas de sus trazos se convertirán en escultura. Como si se tratara de atrios o pórticos, las curvas de sus esculturas se extienden por el resto de las salas elevándose hasta el techo "por encima de nuestras cabezas" o rozándose con las paredes.

La idea es adentrarse en ellas, "transitarlas", para observar "las posibilidades infinitas" del espacio, siempre "transformándose". En este sentido, ha resaltado el "juego" de claroscuros que ofrecen las figuras, pues "no hay nada que esté más en constante movimiento que las sombras".

Para ello, Solís utiliza la madera, un material "vivo, cálido y confortable" y "el mejor modo" de "que las esculturas se vivan desde dentro, penetrando en ellas", sin la distancia que exige un cuadro.

Al respecto, el comisario Sierra ha hecho hincapié en el "punto de inflexión" que marcó Julio González al introducir el hierro en la escultura. A partir de ese momento, "todo el mundo trabajaba el metal". No obstante, dentro de la historia del arte, Mar Solís sigue la tradición de la madera.

Y en esa línea se mantiene en esta muestra, elaborada por encargo del IVAM con el patrocinio de Fomento Urbano, en la que ha trabajado a lo largo de los últimos tres años. En este punto, el comisario ha querido solidarizarse con los afectados por los incendios que en los últimos días azotan la región valenciana, sirviéndose de la madera "como homenaje al desgraciado incidente que está pasando en la Comunitat".

Por su parte, Consuelo Císcar ha subrayado la "poesía" que encierran las instalaciones de la escultora con un trasfondo "figurativo y enigmático" en busca de "la unidad entre la fragilidad del yo íntimo y el complejo macrocosmos que representa la naturaleza y la sociedad moderna".

"No cabe duda —ha dicho— de que sus esculturas son como versos que se deslizan por la atmósfera de la sala", que se desplazan "como las ramas de un árbol arrastradas por el viento, sin seguir ninguna ley más que la de la propia naturaleza".

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