Una veintena de jóvenes participaron este fin de semana en una plantación de árboles en una zona afectada por un incendio forestal en San Roque de Riomiera, dentro de una iniciativa conjunta de la iniciativa Manucas y Fundación Naturaleza y Hombre, con el apoyo de Ser Joven.

En las tres jornadas han participado veinte jóvenes de entre 18 y 30 años de edad, entre voluntarios y colaboradores, residentes en Cantabria procedentes de países como Austria, Rumanía, República Checa, Bélgica, Estados Unidos, Reino Unido, Albania, Polonia* y de Cantabria, País Vasco, Asturias y León.

A lo largo de las jornadas de voluntariado, se han plantado 135 árboles que habían sido arrasados por un incendio, y se han realizado otras acciones, como guardar y almacenar la lana tras la esquila de las ovejas y realizar cuidados y trabajos de mantenimiento en más de 1.000 árboles adultos, a los que se les quitó el protector frente al ramoneo del ganado.

Además, los voluntarios disfrutaron de una excursión por el tramo alto del río Miera, de una visita al Ecomuseo-Fluviarium de Liérganes y de la proyección del documental Pasiegos: Los Valles del Silencio, de los hermanos Sainz Crespo.

El proyecto juvenil, que cuenta con el apoyo de la Comisión Europea y de Ser Joven, ha sido promovido por un grupo de jóvenes de menos de 30 años con la intención de acercar a los jóvenes a las ONGs medioambientales de Cantabria para fomentar la protección de la naturaleza.

Para ello, Manucas organiza diferentes fines de semana dirigidos a jóvenes de 18 a 30 años con inquietud por conocer mejor Cantabria y los proyectos relacionados con la conservación de la naturaleza y el medio ambiente que se desarrollan. Es posible participar por sólo 5 euros, a través del correo electrónico findesemanucas@gmail.com o del blog http://findesemanucas.blogspot.com.es.

A partir de septiembre se organizarán nuevos "fin de semanucas" con más organizaciones ambientales de Cantabria.

La Fundación Naturaleza y Hombre trabaja desde 1999 en el Programa de Recuperación de la Montaña Pasiega y Oriental a través de iniciativas de custodia del territorio, que han contado con la colaboración de múltiples voluntarios para la plantación de más de 100 hectáreas de arbolado autóctono, la recuperación de razas de ganado local y formas de manejo tradicional, como la muda pasiega.