Las mujeres extranjeras que residen en Euskadi aportan a las haciendas vascas alrededor de 224 millones de euros anuales, un 57 por ciento más de la suma de lo que perciben por ayudas sociales o prestaciones por desempleo, que se sitúa en torno a los 142 millones de euros, según un estudio de Emakunde.

Estos datos aparecen recogidos en el 'Estudio sobre las mujeres inmigrantes extranjeras de la sociedad vasca', dado a conocer este lunes por el Instituto Vasco de la Mujer-Emakunde.

Este trabajo recuerda que, con independencia del creciente volumen de personas nacionalizadas, 144.500 personas residentes en Euskadi son personas extranjeras, lo que supone un 6,4 por ciento de la población total de la comunidad autónoma.

Emakunde, citando datos del Instituto Nacional de Estadística (INE), señala que el porcentaje de mujeres entre la población de nacionalidad española (51,3 por ciento) es ligeramente superior que entre la extranjera (48,6 por ciento).

Por orígenes, la población más feminizada corresponde a la que proviene de Latinoamérica y seis de cada diez personas inmigradas de este origen son mujeres. En el País Vasco, una de cada cuatro personas inmigrantes es mujer latinoamericana.

Según se desprende del estudio, el flujo inmigratorio "normalmente está más regulado socialmente de lo que a primera vista parece" y "termina ajustando con un grado alto de precisión necesidades en destino con potencialidades en origen".

Riesgo de exclusión

El informe constata que la población femenina africana, por distintos motivos, tanto la norteafricana como la subsahariana, parece tener mayores riesgos de potencial exclusión. Los dos grupos que mayor vulnerabilidad presentan, aunque en diferentes planos, son las mujeres africanas y las chinas.

De cada diez mujeres inmigrantes, cuatro están ocupadas en el servicio doméstico y más de tres están ocupadas en el comercio y la hostelería. Emakunde destaca que la llegada de las trabajadoras extranjeras "ha permitido gestionar los otros dos cambios estructurales de mayor calado" que se han producido en Euskadi: la creciente incorporación de las mujeres al mercado de trabajo y el grave problema de envejecimiento poblacional.

El estudio destaca que la aportación potencial de las inmigrantes "queda cuarteada", ya que casi un tercio de estas mujeres están sobrecualificadas con respecto al trabajo que realizan.

Los datos de aportación e incidencia económica señalan la "radical motivación laboral" de la inmigración de las personas extranjeras. Emakunde subraya que la tasa de actividad de las mujeres extranjeras es el doble que el de las autóctonas. En consecuencia, aportan "al menos el 1,7 por ciento" de la renta que se genera en la economía vasca.

INGRESOS

Este colectivo, además, inciden en la situación económica a través de su actividad como trabajadoras y como consumidoras. Los ingresos del trabajo representan tres de cada cuatro euros que ingresan las mujeres extranjeras en Euskadi. Por su parte, su consumo en 2010 generó unos ingresos fiscales que se estiman, en relación con el IVA, en 45,2 millones de euros.

Esta actividad de generación de riqueza y de contribución a la demanda agregada tiene un claro impacto fiscal. El trabajo de Emakunde indica que las aportaciones fiscales de las mujeres de otras nacionalidades que residen en Euskadi, estimadas en 224,1 millones de euros, son muy superiores a los ingresos que perciben por rentas no laborales, como ayudas sociales o prestaciones por desempleo, que alcanzaron los 142,3 millones de euros en 2010.

Por otra parte, Emakunde afirma que la concentración del empleo de trabajadoras extranjeras en las actividades de servicio doméstico, comercio y hostelería ha sido "fundamental" para facilitar la transición laboral de las vascas, que han pasado de una tasa de ocupación del 38,7 por ciento en 1998 al 58,7 por ciento en 2010, así como para mantener el crecimiento y competitividad de los servicios intensivos en mano de obra.