El alcalde de Girona tiene sensación de "libertad vigilada" ante el Gobierno

Puigdemont (CiU) ha "sacudido" de arriba abajo el Ayuntamiento en un año
Carles Puigdemont, Alcalde De Girona
Carles Puigdemont, Alcalde De Girona
EUROPA PRESS
Carles Puigdemont, Alcalde De Girona

El alcalde de Girona, Carles Puigdemont (CiU), tiene una sensación de "libertad vigilada" en los gobiernos municipales porque ignoran las decisiones del Gobierno ante la crisis, de manera que los ayuntamientos están paralizados pese a tener competencias claras y, algunos, incluso algún dinero para trabajar.

En una entrevista de Europa Press al cumplirse este domingo el primer año de su toma de posesión, ha lamentado que los alcaldes no saben cuándo se puede subir el IVA, si cambiará la Ley de Bases Régimen Local y perderán competencias o se les tutelará, si podrán destinar los remanentes de tesorería a restar endeudamiento o a hacer más inversión, ni si los planes de empleo se continuarán financiando.

"Aunque tendríamos ganas y criterios políticos para trabajar en este sentido, debemos estar necesariamente quietos o a la expectativa en esta especie de libertad vigilada que nos han impuesto unas circunstancias de las cuales son víctimas y no culpables", lamenta.

Para él, los alcaldes son "víctimas de la desorientación colosal del Gobierno, que, lejos de haber aportado claridad y convicción, ha traído un caos y una confusión de la cual somos víctimas los ayuntamientos y parte de la administración más cercana a los ciudadanos".

Además, Puigdemont ha alertado de las ganas del Gobierno de aprovechar la situación de crisis y la necesidad de tomar medidas, para centralizar la política y laminar la autonomía local.

"Se le ven demasiado las intenciones, y yo tendría una larga lista de ideas de cómo adelgazar el Gobierno del Estado, desde ministerios inútiles hasta un número de funcionarios exagerado, antes de empezar a aplicar los recortes y a tocar los municipios", ha afirmado.

Ciu después de tres décadas

En relación a su primer año como, se ha mostrado satisfecho porque, a pesar de que todavía están en el primer cuarto de mandato, ya "ha habido una sacudida de arriba abajo" que muestra las credenciales del cambio después de más de 30 años de gobierno socialista.

Puigdemont se ha mostrado orgulloso de que este primer año han conseguido "arrancar el motor del cambio" y que en algunas líneas maestras ya se perciban las principales modificaciones que CiU quiere imprimir en la ciudad.

Se ha creado una estructura más transversal y coordinada de la administración, mientras que el ciudadano de a pie puede notar cambios principalmente en la limpieza, la lucha contra el incivismo, la seguridad y la información, ya que se ha desplegado una política de transparencia y accesibilidad a la información que indica un cambio cultural, destaca.

Pacto fiscal

Sobre la situación económica de los consistorios catalanes y de la Generalitat, se ha mostrado muy firme: "Catalunya necesita un concierto económico, aunque le llamamos pacto fiscal", es decir, recaudar todos los impuestos, gestionarlos y pactar una cuota por los servicios del Estado.

"Este es un modelo bueno para Catalunya; lo defenderemos y lo reclamamos porque Catalunya ha tomado conciencia de que nunca ha sido una prioridad para España", ha añadido.

En opinión del convergente, como Catalunya no es una prioridad para España, Catalunya decide ser una prioridad por ella misma, como haría cualquier país del mundo, y además "el único modelo válido para Catalunya, después de 30 años de ensayo democrático español de autonomías, es el de un Estado propio dentro de la UE".

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