Grimsson gana las elecciones de Islandia y afrontará su quinto mandato como presidente

  • Máximo dirigente desde 1996, se impuso a la periodista Thóra Arnórsdóttir.
  • Lo hizo con un argumento parecido al que le llevó a vetar en 2010 y en 2011 dos leyes del Parlamento para indemnizar a ahorradores extranjeros.
  • A pesar del alto endeudamiento, las perspectivas económicas son positivas, de ahí que el ingreso en la UE ya no parezca una necesidad.
Ólafur Ragnar Grímsson, presidente de Islandia, en el momento de su votación.
Ólafur Ragnar Grímsson, presidente de Islandia, en el momento de su votación.
EFE
Ólafur Ragnar Grímsson, presidente de Islandia, en el momento de su votación.

El veterano político Ólafur Ragnar Grimsson ha sido elegido para un quinto mandato consecutivo como máxima autoridad de Islandia, según los primeros resultados de las elecciones presidenciales celebradas el sábado en el pequeño país insular del norte del Atlántico. Grimson obtuvo 52,5% de los votos, según datos oficiales del recuento ofrecidos por la televisión pública islandesa RUV una hora después del cierre de los colegios electorales.

Presidente de Islandia desde 1996, Grimsson se impuso a su más inmediata rival, la popular periodista Thóra Arnórsdóttir, que alcanzó 33,2% de votos, así como a los otros cuatro candidatos, que juntos sumaron algo mas del 10% de los sufragios.

El viejo y nuevo presidente consiguió al final de la campaña dar la vuelta a unos sondeos que le eran desfavorables y que apostaban claramente por la joven madre de seis hijos, con su imagen de figura renovadora y su apuesta por el poder para las mujeres frente a la cultura masculina que algunos asocian a la crisis financiera.

El debate: el ingreso en la UE

Aunque se trata de un área ajena a la responsabilidad del presidente, Grímsson logró decantar la campaña electoral a su favor al convertir en asunto principal de la misma el debate sobre el ingreso de Islandia en la Unión Europea, algo muy sensible en un país tradicionalmente "euroescéptico".

En una hábil maniobra política, se erigió en defensor de los recursos naturales y la independencia de Islandia, amenazados por Bruselas, desoyendo las críticas de sus rivales a que centrar las discusiones en la UE es interferir en el debate parlamentario y rebasar sus competencias de carácter puramente representativo.

Pero el veterano político, de 69 años, alegó que no puede ignorar un tema tan importante, argumento parecido al que le llevó a vetar en 2010 y en 2011 dos leyes del Parlamento para indemnizar a ahorradores extranjeros por la quiebra del banco islandés Icesave.

Su veto propició la convocatoria de dos referendos que rechazaron los acuerdos y le permitieron recuperar popularidad a un presidente que curiosamente se había significado durante años como un defensor de la ola expansiva de los banqueros islandeses.

Jóhanna Sigurdardóttir defiende el ingreso

Que la UE se personase con la parte demandante en el conflicto sobre la banca islandesa no ha ayudado a aumentar el número de sus simpatizantes en Islandia, y ha dejado al Partido Socialdemócrata de la primera ministra, Jóhanna Sigurdardóttir, como única fuerza política que defiende el ingreso.

La crisis del euro y que Bruselas aumente el control económico tampoco entusiasman a los islandeses, en especial al conservador Partido de la Independencia, al que los sondeos pronostican una victoria aplastante en las elecciones legislativas de 2013.

De ahí que Ólafur Ragnar Grímsson se haya ganado el apoyo de sus votantes como opositor a la UE y ha obligado a los otros candidatos a posicionarse sobre la cuestión, incómoda sobre todo para su derrotada rival, Thóra Arnórsdóttir.

Al igual que los otros candidatos, no apoya entrar en la UE, pero tampoco se opone, y su esfuerzo por discutir otros temas, no ha debilitado la imagen de candidata apoyada en la sombra por la primera ministra, una insinuación lanzada por Ólafur Ragnar Grímsson, que la acusa de ser un mero "títere".

Islandia sale de su crisis

El país ha logrado revertir la situación poco a poco, pese a los recortes en el gasto público, ayudada por su alto nivel y por una población reducida de en torno 320.000 habitantes.

El paro se situó en mayo en el 5,6%, el índice más bajo en tres años, y entre enero y marzo, el PIB creció 2.4% intertrimestral, un 4,5% más que el año anterior, el nivel más alto en cuatro años, impulsado por el aumento del consumo, las exportaciones y el turismo, atraído por la devaluada corona islandesa.

El Gobierno, que ya ha devuelto una quinta parte de su préstamo al FMI, planea relajar el control de capitales y vender una parte de su paquete en los bancos nacionalizados.

A pesar del alto endeudamiento que Islandia tiene todavía, las perspectivas económicas son positivas, de ahí que el ingreso en la UE ya no parezca una necesidad, menos aún cuando ésta sufre una crisis de proporciones insospechadas.

Un presidente controvertido

Grímsson es un político con gran talento para amoldarse a las circunstancias, y que acaba de lograr una histórica quinta victoria. De momento, ya iguala los 16 años en el cargo de su predecesora, Vigdís Finnnbogadóttir, primera mujer en ser elegida presidenta por votación democrática en el mundo.

En su último discurso de Año Nuevo, había dicho que no se presentaría a sus terceras elecciones, pero fue un movimiento táctico: quería ver con cuántos apoyos contaba después de una última legislatura polémica.

En dos ocasiones, en enero de 2010 y en febrero de 2011, ejerció el derecho a veto que le permite la Constitución para someter a referendo dos leyes del Parlamento para pagar a los Gobiernos británico y holandés el dinero adelantado a sus ahorradores tras la quiebra del banco islandés Icesave en octubre de 2008.

Las dos consultas resultaron en un rotundo "no" de la población a los acuerdos y le permitieron recuperar la popularidad a Ólafur Ragnar Grímsson, que ya había recurrido a ese veto en 2004 para frenar una nueva ley de medios, pero entonces no hubo referendo, porque el Gobierno acabó retirando el proyecto.

Su actuación en el "caso Icesave" ha polarizado a la población: para unos es un héroe que se enfrentó a la presión internacional contra Islandia y al Gobierno de izquierda, que ha perdido gran parte del apoyo que tenía hace tres años.

Sin embargo, sus detractores consideran que ha excedido y mucho las funciones del presidente, una figura similar a la del rey en las democracias parlamentarias europeas, además de realizar un ejercicio de cinismo. En los tiempos dorados de los empresarios islandeses, recorría el mundo en su apoyo y hablaba de una "nueva expansión vikinga".

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