Es una familia sevillana completa (marido, mujer e hija), cuya vida bien podría dar para una película.Permanecían largas temporadas en cada establecimiento, y hacían uso del minibar, de los utensilios de baño, y del resto de servicios del hotel. A mitad de la estancia abonaban parte de la factura, pero cuando iban a dejarlo definitivamente, alegaban problemas con la tarjeta de débito asegurando que pagarían en cuanto se solucionaran. Y les funcionó. Al menos hasta que los hoteles afectados acudieron a la Guardia Civil, y ésta dio orden al banco para que les anularan y confiscaran la tarjeta. Pero entonces la familia se sacó un as de la manga. Presentando la nómina falsificada de una amiga lograron que una agencia de viajes les expidiera una tarjeta Hotel Plus. Y así volvieron a las andadas, hospedándose en hoteles de Sevilla y de la cercana comarca del Aljarafe.