Jorge Cordero: "Nos quitan el piso, pero les seguimos debiendo 108.000 €. Me siento impotente"

  • Montó una empresa de transportes, pero sus clientes le deben 80.000 €.
  • Tuvo que dejar de pagar a Cajastur la hipoteca de su piso en Oviedo.
  • El apoyo del 15-M y Stop Desahucios no evitó el violento desahucio.
  • Ahora lleva diez días en huelga de hambre pidiendo una solución a la entidad, mientras su mujer y su hija de cinco meses se alojan en casa de un amigo.

Dejó Ecuador buscando un futuro mejor y ahora se arrepiente de haber venido a España porque aquí "no vales nada. No eres nadie". Jorge Cordero lleva diez días en huelga de hambre indefinida en la plaza de la Escandalera de Oviedo. Su protesta no ha impedido que este miércoles, tras un violento desahucio, le quitaran su piso, en el que vivía junto a su mujer, Patricia, y su hija de cinco meses, Amanda. Tampoco ha logrado que Cajastur se digne a negociar una solución, como la dación en pago o el alquiler social. Ya no tiene hogar, pero sigue debiéndole 108.000 euros a la entidad financiera. Lo más grave de este caso es que Jorge tuvo que dejar de pagar su hipoteca porque montó una empresa de transportes y sus clientes no hicieron efectivos los pagarés. Aún le deben unos 80.000 euros, una deuda vital.

¿Cuándo llegaron a España?

Vinimos de Ecuador en el año 2000 para buscar un trabajo y conseguir un futuro mejor que el que teníamos allí.

¿Y qué se encontraron?

Mi mujer, Patricia, encontró un empleo de asistenta de hogar, y yo, en la construcción. Luego, en 2003, monté una empresa de transportes de mensajería en Oviedo y ya los dos nos dedicamos a eso. Además, contratamos a otras cuatro personas.

La cosa marchaba bien...

Sí, por eso en 2006  nos compramos un piso en el barrio de Ciudad Naranco en Oviedo. Tenía 98 metros cuadrados y nos costó 119.000 euros. Pagábamos 655 euros al mes de hipoteca a Cajastur, que era la entidad financiera que nos llevaba los temas de la empresa, hasta que tuvimos que dejar de pagar.

¿Qué ocurrió?

Nuestros clientes, varias empresas que nos subcontrataban, nos dejaron de pagar. Habíamos empezado a llevar los cobros con pagarés de hasta dos y tres meses, pero dejaron de hacerlos efectivos. Son tres empresas de transportes que quebraron, pero siguen trabajando igual bajo otros nombres. A día de hoy nos deben unos 80.000 euros. Quieres cobrarles la deuda, pero no puedes. Las empresas han quebrado y ya no las encuentras porque se han convertido en fantasmas.

¿Cuándo dejaron de pagar la hipoteca?

Pues tuvimos que cerrar la empresa en 2010. Con nuestros ahorros pagamos los gastos y los sueldos del personal, hasta que se acabaron. Como dejamos de pagar la hipoteca, fuimos a la Caja y nos dijeron que debíamos 15.000 euros, que los pagáramos y que luego podríamos negociar. Pero no teníamos ese dinero y así estuvimos tres meses. Les pedimos que nos bajaran la cuota, pero se negaron.

¿Y el desenlace fue el desahucio?

Sí, la abogada de Cajastur se negó a todo y nos informaron del desahucio en enero de este año. Nos quitan el piso, pero dicen que le seguimos debiendo a la Caja 108.000 euros, cuando ellos lo van a subastar por 49.000.

Creo que hubo un intento fallido de desahucio en abril.

Sí, el día 13. Vino mucha gente del movimiento 15-M y de la plataforma Stop Desahucios a apoyarnos y los consiguieron. La Policía no pudo entrar y se marchó.

En cambio, este miércoles lo lograron.

Porque fue mucho más violento. A las 6.30 horas se inició un enorme despliegue policial. Los agentes golpearon a la gente, rompieron el portal del edificio e hicieron un butrón en la pared para entrar en el piso. Vinieron unas 500 personas a apoyarnos, pero la mayoría no pudo atravesar el cordón policial. Somos trabajadores, no delincuentes, pero nos han tratado como tal. Si ahora no tenemos empleo, no podemos pagar...

¿Cómo le trató la Policía?

Cuando entraron en el piso, nos pidieron la documentación, nos esposaron y nos llevaron a comisaría, donde estuvimos tres o cuatro horas. Ahora habrá que esperar al juicio, aunque no sé de qué me acusan.

¿Su mujer y su hijita no estaban allí?

No, afortunadamente. Las mandé a la casa de un amigo porque ya pensábamos que este segundo intento de desahucio podría ser violento y que sea lo que Dios quiera, pensé.

¿Y dónde se alojan ahora?

Ellas siguen en la casa de ese amigo. Yo estoy aquí, en la plaza de la Escandalera de Oviedo, enfrente de Cajastur, en huelga de hambre indefinida. Llevo ya diez días bebiendo sólo líquidos.

¿Ha perdido mucho peso? ¿Hasta cuándo va a mantener la huelga?

No sé cuánto he adelgazado, pero el médico de la plataforma Stop Desahucios que me hace la revisión me dijo que iba a traer una balanza.

¿Qué pide, Jorge?

.Sólo quiero que baje aquí algún encargado de Cajastur, mire mi expediente, hablemos y lleguemos a algún acuerdo. Quiero dejar esto atrás y empezar de nuevo.

¿Qué hará entonces? ¿Se quedará en España o regresará a Ecuador? ¿Se arrepiente de haber venido?

No sé lo que haré, pero sí, me arrepiento de haber venido a España porque aquí no me siento persona. Prevalecen los derechos de los que tienen más poder, que además se enriquecen a base de pisar a los más pobres. No les importan las familias ni sus hogares. Estás en tu país mal, pero, al menos, te sientes persona. Aquí sientes que no vales nada, que no eres nadie. Y si quieres protestar, ahí está la Policía para callarte. Me siento impotente. Lo único que no he perdido es la esperanza y la fé.

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