Una vacuna logra eliminar el placer que da la nicotina

  • La vacuna hace que el cuerpo cree sus propios anticuerpos, que se unen a la nicotina, impidiendo que ésta llegue al cerebro y produzca placer.
  • Al desaparecer el "placer" de fumar, también lo hace la adicción.
  • De momento, la vacuna genética ha funcionado en ratones.
Un hombre, fumando.
Un hombre, fumando.
EFE
Un hombre, fumando.

Dejar de fumar cuesta. La nicotina que entra en el organismo se encarga de crear adicción, porque da placer. Pero acabar con la nicotina, y en consecuencia con la adicción al tabaco, con solo una inyección puede ser una realidad en el futuro inmediato.

Es lo que han creado científicos del Weill Cornell Medical College de Nueva York (EE UU): una terapia génica, que administrada como vacuna, proporcionaría una protección permanente contra la nicotina y las ganas de fumar. De momento, lo han logrado en ratones. Esta misma técnica ya se ha usado para tumores y enfermedades de los ojos.

Con el tabaco el problema es la nicotina, que crea una sensación de placer cuando llega al cerebro. Tanta adicción crea que entre el 70% y el 80% de los fumadores que lo dejan vuelven a caer en el tabaco en el plazo de seis meses.

Las vacunas clásicas inyectan un virus para que el sistema inmunológico reaccione y cree anticuerpos. Con la molécula de la nicotina ocurre que el sistema defensivo del organismo no la identifica dado su pequeño tamaño.

Por ello, los investigadores de Weill Cornell apostaron por una terapia génica. Descifraron la secuencia genética de un anticuerpo de nicotina y la incluyeron en un virus inocuo.

Esta especie de vacuna les fue administrada a ratones, de modo que ellos fueron capaces de crear sus propios anticuerpos contra la nicotina. Estos anticuerpos se unen a la nicotina y consiguen que ésta no alcance el cerebro, y por lo tanto que nunca se perciba sensación de placer.

Una dosis para toda la vida

El doctor Ronald Crystal, director de la investigación –que publica Science Translational of Medicine–, asegura que con solo una dosis se logró proteger a los ratones para el resto de su vida. La adicción a la nicotina había desaparecido. Según Crystal, si la vacuna funciona en humanos, una fumador al que selle administrara no sentiría nada estimulante si volverá a encender un cigarrillo.

"Nuestra vacuna permite que el cuerpo produzca sus propios anticuerpos contra la nicotina, y de esa manera, desarrolle una inmunidad funcional", asegura el investigador.

Ahora, los científicos van a probar la vacuna en ratas y en primates no humanos, para a continuación hacerlo en humanos y confían su eficacia.

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