El Gobierno de Cantabria, a través de la Consejería de Presidencia y Justicia, y el Ayuntamiento de Santander han suscrito una addenda al convenio para la prestación del servicio de salvamento y rescate de personas con perros de salvamento, adiestrados para tal fin.

El acuerdo de colaboración, que cuenta con una vigencia hasta el 31 de diciembre, permite a Cantabria contar con un servicio de rastreo y salvamento de personas mediante perros de salvamento, una unidad que participa en aquellas situaciones de personas desaparecidas y atrapadas por derrumbes o en cualquier otro tipo de emergencia en el que sea necesaria su intervención, ha informado el Ejecutivo en un comunicado.

El Gobierno destinará un total de 12.000 euros este año para este grupo, que forma parte de la Agrupación de Voluntarios de Protección Civil, al objeto de que atienda las incidencias en toda la Comunidad. El Ejecutivo se compromete a contribuir económicamente en la dotación y adquisición de medios materiales y servicios, propios del funcionamiento operativo, todo ello a través de una aportación económica que contribuya a sufragar los gastos que supone el desempeño de esta actividad.

Asimismo, el convenio contempla la intervención de este equipo para colaborar en siniestros acaecidos en el territorio nacional o internacional. En estos casos la Dirección General de Protección Civil, a través del 112, convocará al Grupo del Perro de Salvamento, integrado en la Agrupación Municipal de Voluntarios, que en función de las tareas y la capacidad de disponibilidad de su equipo operativo se ofrecerá a los organismos nacionales para su incorporación a los equipos de socorro.

Grupo de rescate canino

Con motivo de la firma del convenio, la consejera de Presidencia, Leticia Díaz, y el director general de Protección Civil, Alberto Cayón, han recibido a la guía canina y monitora de obediencia del Grupo de Rescate Canino Maite Rodrigo, y a otra de las guías, componente de este equipo, Ana San Emeterio.

La consejera ha destacado la "importante labor que desarrolla este equipo, también en los casos de grandes catástrofes" y "la perseverancia y dificultad" que supone el adiestramiento de estos animales.

Este equipo cuenta con un total de nueve perros, seis de ellos están operativos y tres se encuentran en fase de adiestramiento, ya que es importante contar con perros en dicha fase para su uso como tasa de reposición. El entrenamiento para el rescate es uno de los más específicos dentro del adiestramiento canino, según Ana San Emeterio, y se desarrolla en los ámbitos de obediencia, destreza y en grandes áreas o búsqueda.

La formación y adiestramiento de estos animales depende de la raza, pero suele oscilar entre un año y año y medio. El pastor belga balinois es la raza que mejor se adapta a este tipo de trabajos, debido a sus características físicas, a una menor corpulencia que el pastor alemán, y a su especial facilidad para adquirir conocimientos. Se les adiestra para acostumbrarse a situaciones de trabajo que les puedan ocasionar estrés, como son el humo, ruido, etc.

Existen dos formas de búsqueda de personas desparecidas: venteo y rastro. La primera de ellas se basa en la captación de las moléculas de olor humano en distancias grandes, y la de rastro permite la búsqueda de una persona concreta a través su olor. Estos perros están adiestrados para trabajar en cuatro tipos de actuaciones: grandes áreas, estructuras colapsadas, avalanchas de nieve y en deslizamiento de terrenos.