Un jurado popular ha declarado culpable por unanimidad al hombre acusado de matar de 16 cuchilladas en junio de 2010 en un invernadero de Níjar (Almería) a un empresario de 44 años para el que había trabajado de manera esporádica como peón agrícola y con quien le era infiel su mujer.

El veredicto, hecho público en la tarde de este jueves ante la Sección Primera de la Audiencia Provincial, considera probado que A.A., quien negó en todo momentos ser el autor del crimen, quitó la vida de manera intencionada a J.M.S.C., a quien le tenía animadversión al sospechar que mantenía una relación sentimental con su esposa.

El jurado ha estimado acreditado punto por punto el escrito de calificación del fiscal tras la práctica de las pruebas testifical, pericial y documental durante tres sesiones de juicio y ha negado por unanimidad al acusado, que enfrenta penas de entre 12 y 15 años de cárcel, la posibilidad de remisión de la condena o indulto.

Así, el veredicto recoge que A.A. y J.M.S.C. tenían relaciones laborales "esporádicas" ya que tanto el primero como su mujer habían estado trabajando para el segundo y que A.A. tenía además "una fuerte animadversión" a la víctima "ya que sospechaba que mantenía una relación sentimental o, al menos, encuentros de carácter sexual desde hacía seis meses".

El 10 de junio de 2010 se dirigió a la finca propiedad del fallecido en el paraje 'La Rambla' de Níjar, donde se lo encontró trabajando solo. En ese momento, con un arma blanca "bicortante" que no fue sido encontrada de, al menos, 16,5 centímetros de hoja, le asestó 16 puñaladas, dos de las cuales fueron mortales de necesidad al penetrar en el tórax aunque con anterioridad el autor del crimen intentó degollarle.

"móvil pasional"

J.M.S.C. pudo ofrecer "leve resistencia" al ataque con una navaja de pequeñas dimensiones, con la que causó cortes en las manos del homicida y con sus propias uñas. El jurado también se ha mostrado de acuerdo con que, tal y como señaló el fiscal, A.A. "estaba enfadado debido a la infidelidad de su mujer" pero que esto "no le nublaba el conocimiento" y no le anulaba la capacidad de saber que "estaba cometiendo un acto ilícito" cuando se "empleó con plena eficacia" en quitar la vida a la víctima.

Tras la lectura del veredicto, el fiscal ha solicitado la imposición de una pena de 12 años de prisión al considerar que se trata de un "homicidio de gravedad intermedia" mientras que el letrado que ejerce la acusación particular ha interesado la máxima prevista en el Código Penal, 15 años de cárcel, ya que el acusado "fue expresamente a matar a la víctima y no fue en transcurso de una pelea", según ha indicado.

Por su parte, la defensa ha pedido diez años de cárcel al no concurrir circunstancias agravantes y ha solicitado al tribunal que tenga en cuenta el "móvil pasional del crimen" a la hora de determinar la pena. Las acusaciones han solicitado el pago de 900.000 euros en concepto de responsabilidad civil.