Su director, Manuel Huerga, habló de la cinta ayer en Barcelona, arropado por el Salvador de ficción, el actor hispano-alemán Daniel Brühl (Good Bye Lenin, Cargo), y por Leonardo Sbaraglia, Leonor Watling e Ingrid Rubio. Para Huerga, lo que explica la cinta huye de intenciones documentales o políticas porque, «desgraciadamente, la historia de Puig Antich sigue repitiéndose en cualquier rincón del mundo», dijo.
La aportación de las hermanas
La plana mayor del reparto ha mantenido contacto directo con los personajes reales aún vivos a los que recrean. Brühl, a falta de poder hablar con Salvador Puig Antich, lo ha hecho con sus hermanas. El actor, de madre catalana, explicó ayer que, a pesar de contar con el apoyo incondicional de la familia, evitó estrechar lazos con ellos «para no perder libertad en la creación del personaje». Aunque el mejor cumplido que ha recibido sobre el papel de Salvador se lo dieron ellas en Cannes. Le dijeron que al ver la película se olvidaron de estar viendo a un actor.
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