El escritor Javier Reverte (Madrid, 1944) ha señalado que la actual crisis económica puede constituir una "buena ocasión para reflexionar" sobre una sociedad que "ha acumulado tantas cosas que no hacían falta". "Hay muchas cosas de las que en cierto sentido hemos sido, no culpables, pero sí algo cómplices en esta civilización del derroche", ha aseverado.

El autor ha realizado estas manifestaciones en una rueda de prensa en Valencia para presentar su nuevo libro, 'Colinas que arden, lagos de fuego' (Plaza & Janés), en el que, diez años después de publicarse 'Los caminos perdidos de 'África', Reverte regresa al continente que ha protagonizado algunas de las mejores páginas de su literatura de viajes.

'África tiene dos caras: es un continente dolorido, con una gran miseria, pero también tiene una enorme belleza y ferocidad", ha explicado el escritor.

Preguntado por el contraste entre la pobreza que padecen la mayoría de los países africanos y la coyuntura económica occidental, Javier Reverte ha comentado que cuando en África preguntas por la crisis "se ríen mucho porque allí nacen y mueren en crisis".

"Veo la crisis que estamos padeciendo y es horrorosa, sobre todo para la gente joven, pero si viajas por África te das cuenta de que los seres humanos tenemos bastante capacidad de resistencia; eso no quiere decir, ni mucho menos que esté de acuerdo con lo que está pasando y pienso que hay que hacer todo lo que se pueda contra esto, pero los que hemos nacido en la posguerra y vemos África con frecuencia pensamos que podemos aguantar mejor", ha señalado el autor.

EMOCIÓN

'Colinas que arden, lagos de fuego' nace de un viaje de Reverte junto a un grupo de amigos y de las notas que tomó durante aquellos días, en los que no estaba previsto que esta aventura se convirtiera en libro. Pero la "emoción" de las historias, que es el motor de todas las obras de este autor, según ha recalcado, le movió a escribirlo.

El volumen narra las escalas de esta singladura por el fantasmal lago Turkana, en el norte de Kenia, por el Tanganika, en Tanzania, o Chitambo, la pequeña aldea de Zambia donde murió David Livingstone y quedó enterrado su corazón. Sin caer en un afán didáctico, Javier reverte recoge los dos rostros, la cara y la cruz de un territorio "en el que todo se complica de la manera más imprevista".

El autor ha comentado que la impresión que ha tenido en este último viaje es que en África las cosas no han evolucionado demasiado, a excepción de la democracia sudafricana, "que parece que funciona y eso sí supondría un cambio que podría ser imitado".

"Lo demás no, en cuanto te apartas de las rutas turísticas encuentras el África miserable, superviviente y sin carreteras; si acaso hallas más tonterías, como un masai con un teléfono móvil que es falso", ha relatado Reverte, que ha lamentado que continúe siendo "un continente absolutamente explotado".

Sobre si éste va a ser su último libro sobre África, ha manifestado que cree que sí aunque ha agregado entre risas: "no puedo poner al mano en el fuego". Sus próximos destinos: Irlanda y el Yangtsé en China.