«Mañana será más difícil hacerlos madrugar». El primer día, para Patricia ha sido fácil despertar a los niños, pero la tarea se irá complicando conforme avanzan los días. «Normalmente los despierto yo y suelen venir con  muchas ganas al colegio, sobre todo el primer día, después ya les va costando un poco más», explica la joven encargada de atender a dos hermanos que cursan 2.º y 6.º de educación primaria en el CEIP García Barbón.

Andrés Toimil. Abuelo.

«Ayer se le veía nervioso, pero con ganas de volver». Con una gran dosis de estrés vivió este abuelo la vuelta al cole de su nieto. «Desde hace varias semanas preguntaba cuándo comenzaban las clases porque tenía ganas de volver. Ayer, sobre todo, se le notaba muy nervioso, pero con ganas», asegura. Y es que, para su nieto de 11 años, reencontrarse con sus amigos era uno de los atractivos de la vuelta a las aulas. «Estaba ansioso por volver a ver a sus compañeros de clase y contar lo que han hecho en verano».

Roxanne V. der Zwet. Alumna.

«El primer día las clases fueron suaves». Lecciones teóricas y pocos ejercicios fueron las tareas que ocuparon la mañana de esta alumna de 6.º de primaria del CEIP García Barbón. «Hemos estado hablando de cómo hay que comportarse, pero no hemos dado clase normal». Lo de contar las experiencias estivales lo dejó para fuera del aula. «Algunos de mis compañeros estaban bastante cambiados y aprovechamos para contar lo que hicimos en verano».

Nicolás V. der Zwet. Alumno.

«Leí un cuento». Encantado de volver a clase, reconoce que desde el primer día han realizado las tareas lectivas habituales. La lectura y la escritura fueron las primeras asignaturas con las que Nicolás se reencontró a la vuelta de vacaciones. Pero entre sus compañeros también había alguna que otra novedad. «Hay un niño nuevo, que está en mi clase repitiendo segundo de primaria», explica. Además, este año no tendrá profesora, sino profesor. «Se llama José Carlos», dice rotundamente.