El jefe de los socialdemócratas griegos, Evangelos Venizelos, no concurre a estas elecciones para ganarlas, algo que han descartado todos los sondeos, sino más bien para tratar de contener la sangría de votos sufrida el pasado 6 de mayo por su partido.

Venizelos ha sido, de entre los líderes de los grandes partidos, el político que más favorable se ha mostrado a respetar al pie de la letra los dictámenes de Bruselas, aunque ha pedido que los plazos para cumplir los nuevos ajustes sean ampliados para que no resulten tan dolorosos.

El líder socialdemócrata ha criticado duramente los programas electorales de ND y la izquierdista Syriza, favoritos en las elecciones, porque "prometen un paraíso artificial" y la gente mostrará su rabia de una manera "más dura" cuando se dé cuenta de que "todo eran mentiras".

Además pidió que los votantes refuercen al Pasok para que pueda ser socio de un Gobierno estable, ya que los sondeos muestran que ni ND ni Syriza podrán formar un Ejecutivo en solitario.

"Un Pasok pequeño y sin fuerza no tendrá razones para asumir sobre sí una responsabilidad que no le ha dado el pueblo", avisó.

Venizelos nació en 1957 en Salónica, la segunda ciudad griega, donde cursó Derecho, estudios que completó con un doctorado en la Universidad París II.

En la década de 1980 comenzó a dar clases de Derecho Constitucional en la Universidad de Salónica y ocupó varios altos cargos en instituciones del Estado.

Su salto a la fama llegó gracias a su apasionada defensa del primer ministro Andreas Papandreu (padre de Yorgos Papandreu), cuando este fue acusado de corrupción en 1989 y salvó la condena por un solo voto de los magistrados.

La oratoria de Venizelos llamó la atención del veterano Papandreu que lo incluyó en las listas del Movimiento Socialista Panhelénico (Pasok), por el que fue elegido diputado en 1993.

Desde entonces ha ocupado ocho carteras ministeriales: Prensa, Transporte, Justicia, Cultura, Desarrollo, nuevamente Cultura, Defensa y Finanzas.

Tras la segunda derrota electoral consecutiva del Pasok, en 2007, Venizelos retó a Yorgos Papandreu por el liderazgo del partido, pero fue estrepitosamente derrotado en elecciones primarias.

La revancha le llegó el pasado noviembre cuando una revuelta interna en el Pasok, liderada por diputadas cercanas a Venizelos, y la oposición de Bruselas a la idea de un referéndum sobre la austeridad, defenestraron a Papandreu.

Venizelos fue nombrado viceprimer ministro del Gobierno de unidad presidido por el exbanquero Lucas Papademos, puesto que dejó para hacerse cargo del Pasok de cara a las elecciones del 6 de mayo.

Para certificar su autoridad en el partido celebró unas elecciones primarias en las que se impuso; eso sí, al concurrir sin contrincante.

En los comicios del 6 de mayo, el Pasok resultó ser la mayor víctima de la rabia griega contra las políticas de austeridad y se derrumbó.

Tras 35 años en los que se había alternado en el poder con los conservadores de Nueva Democracia (ND), cayó a la tercera plaza y perdió dos tercios de sus votantes, logrando el mínimo histórico del 13,2% de los votos.

Tras las elecciones, Venizelos culpó al "populismo" del resto de partidos del pobre resultado obtenido por el suyo.

Eso sí, ordenó dimitir a toda la cúpula política del Pasok, dijo que el partido estaba "podrido" y que necesitaba un "renacimiento" y "sangre nueva", aunque será él mismo quien lo dirija hacia las nuevas elecciones de junio.