El Ayuntamiento de Santander sacará a licitación el proyecto de peatonalización de las calles Lealtad y Emilio Pino con un presupuesto de 1,73 millones de euros y un plazo de ejecución de nueve meses. El proceso de licitación y adjudicación se realizará durante los meses de julio, agosto y septiembre, de forma que las obras puedan comenzar en otoño, según informó este viernes en rueda de prensa el alcalde de Santander, Iñigo de la Serna.

Una de las grandes novedades del proyecto es la generación de un nuevo espacio público y de convivencia junto a las escalinatas de la catedral, que se someterán a un proceso de rehabilitación y embellecimiento para su posterior utilización, a modo de auditorium o anfiteatro, en la celebración de eventos públicos.

Además, el tramo final de la calle, entre las calles Cádiz y Calderón de la Barca, que inicialmente no figuraba en el proyecto, se va a semipeatonalizar, tal y como ha consensuado el equipo de Gobierno con los comerciantes en la reunión celebrada este miércoles en el Ayuntamiento. En total desaparecerán cerca de 30 plazas de aparcamiento para coches, mientras que las de motos se reubicarán en Calvo Sotelo y otras calles del entorno.

El alcalde ha destacado la importancia de esta inversión por su volumen económico en un momento de crisis y recortes, y porque supone "reafirmar la voluntad" del Ayuntamiento de Santander de "seguir apostando por un modelo de ciudad europeo" en el que las personas sigan ganando protagonismo, con actuaciones de peatonalización como la realizada en la calle Juan de Herrera, que a la vez, suponen un impulso para el comercio urbano.

De la Serna, que estuvo acompañado por el concejal de Infraestructuras, César Díaz, explicó que la planificación de las obras de peatonalización de la calle Lealtad, cuyo proyecto está "prácticamente finalizado", se diseñará en coordinación con los comerciantes, teniendo en cuenta además que afectarán a fechas sensibles como la campaña de Navidad.

Además de su transformación en calle peatonal, se renovarán las infraestructuras y el mobiliario urbano. En el tramo desde Calvo Sotelo hasta Emilio Pino, se colocará pavimento de granito de 1,90 por 1,90, y jardineras, bancos y papeleras en el centro de la calzada para permitir el paso de vehículos de emergencia.

En la gran plaza que se creará junto a las escalinatas de la catedral, a la altura de Emilio Pino, se colocarán losas de 1,20 por 1,20 en franjas de colores con fuertes contrastes. Y en el tramo entre las calles Cádiz y Calderón de la Barca, se ensancharán las aceras hasta el máximo que permita la circulación de vehículos.

En total se actuará sobre una superficie de 4.000 metros cuadrados, con 300 metros lineales de comunicaciones, una docena de bancos y papeleras, y se "multiplicarán al máximo" los árboles y jardineras. La peatonalización supondrá la desaparición de cerca de una treintena de aparcamientos para coches y menos de un centenar para motos. De estas últimas, una veintena se reubicarán en la calle Calvo Sotelo, en el carril que actualmente da acceso a Lealtad, y el resto en calles del entorno.

En ese mismo carril de Calvo Sotelo también se habilitarán zonas de carga y descarga, al igual que en la calle Cádiz. El alcalde recordó que la peatonalización de la calle Lealtad se determinó como prioritaria en el estudio encargado por el Ayuntamiento, del que se está preparando una exposición que se abrirá al público probablemente a finales de este mes de junio.

De la Serna destacó que Lealtad es una calle "muy especial". Es una de las más antiguas de la ciudad, y de hecho ya figura en el siglo XVII como transversal entre San Francisco y Atarazanas. Recibe su nombre en 1845, época en la que ya se la consideraba una de las calles céntricas más importantes de la ciudad.

Con un carácter comercial, tiene dos tramos claramente diferenciados. Desde la Plaza de los Remedios hasta Calvo Sotelo, tramo en el que ya se actuó con motivo de la peatonalización de Juan de Herrera, y entre Calvo Sotelo y Calderón de la Barca, en paralelo al muro de la catedral, donde la calle es más estrecha y se convierte en punto de encuentro del comercio clásico, las franquicias y los despachos profesionales. Un tramo éste que adolece de aceras estrechas para el importante tránsito peatonal que soporta.

Hotel sardinero

Por otro lado, el alcalde de Santander explicó, en respuesta a preguntas de los medios de comunicación, que aún no disponen de los informes técnicos finales sobre las obras del Hotel Sardinero, que son los que determinarán la concesión o no de las licencias municipales de apertura y primera ocupación.

"Las aperturas se hacen en base a licencias y trámites administrativos", afirmó De la Serna al ser preguntado si el hotel podría abrir parcialmente sin disponer de las citadas licencias.