La Audiencia Provincial de Cantabria ha ratificado la pena de dieciséis meses de prisión y una indemnización de 27.800 euros impuesta a una empleada de hogar por robar dinero y joyas del domicilio de Santander donde trabajaba el mismo día que fue despedida.

La sentencia confirma así la dictada en septiembre de 2011 por el Juzgado de lo Penal número Uno de Santander y desestima el recurso de apelación de la acusada, en el que negaba el robo y alegaba que pudieron ser otros los autores del mismo, pues en la casa trabajaban otras dos personas.

La Audiencia reconoce que aunque no existe prueba directa de la comisión del delito, ya que la sustracción se produjo cuando los dueños de la casa, un matrimonio mayor, no estaban, existen indicios que prueban su autoría, como la credibilidad que se concede a la declaración de las víctimas, por lo que concluye que la empleada cometió el robo durante los treinta minutos que se quedó sola en la vivienda su último día de trabajo.

Los hechos sucedieron la mañana del 24 de enero de 2009, cuando la acusada, Liliya K.,, aprovechando el conocimiento que tenía de la casa, entró en el dormitorio principal y cogió un sobre que contenía 1.000 euros, así como un neceser con joyas valoradas en 26.500 euros.

Según la Audiencia, no se aprecia ningún motivo espurio por parte del denunciante para interponer la denuncia, ni razón alguna para querer perjudicarla, sino que al contrario, la acogió en su casa y la ofreció un puesto de trabajo.

Añade que, el día de los hechos, la relación laboral finalizó "sin ningún problema especial", aunque su marcha fue "repentina", aprovechando que los dueños habían salido, y abandonó la vivienda sin finalizar su jornada.