El Hospital de Talavera incorpora una nueva técnica para corregir contracturas de la mano sin cirugía

La Unidad de Cirugía de la Mano del Hospital General Nuestra Señora del Prado de Talavera de la Reina (Toledo), dependiente del Gobierno de Castilla-La Mancha, ha incorporado recientemente una nueva técnica para corregir contracturas en los dedos de la mano sin cirugía. En lo que va de año se ha puesto en práctica con éxito en siete pacientes.
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La Unidad de Cirugía de la Mano del Hospital General Nuestra Señora del Prado de Talavera de la Reina (Toledo), dependiente del Gobierno de Castilla-La Mancha, ha incorporado recientemente una nueva técnica para corregir contracturas en los dedos de la mano sin cirugía. En lo que va de año se ha puesto en práctica con éxito en siete pacientes.

Esta técnica se puso en marcha el pasado mes de marzo en el hospital de Talavera para el tratamiento de la enfermedad de Dupuytren, que produce una contractura de la fascia palmar de los dedos de la mano. Ésta dificulta la movilidad para realizar actividades de la vida diaria como lavarse la cara, vestirse o conducir, según ha informado la Junta en nota de prensa.

La enfermedad es una patología de progresión lenta e irreversible que se caracteriza por la acumulación de colágeno en la palma y en los dedos de la mano. Se manifiesta inicialmente en forma de nódulos o cordones fibrosos, para posteriormente afectar a las articulaciones provocando rigidez y contracturas visibles en una retracción de los dedos y en la imposibilidad de extenderlos.

Según explica el doctor Santiago Fang, coordinador de la Unidad de Cirugía de la Mano del hospital talaverano, "hasta el momento, la cirugía ha sido el tratamiento más utilizado, pero esta nueva técnica no quirúrgica ha supuesto una alternativa terapéutica eficaz". De hecho "los siete pacientes que hemos atendido en la unidad nos han manifestado su alto grado de satisfacción".

El nuevo método consiste en la inyección de un medicamento a base de una enzima, Colagenasa de Clostridium histolyticum, que permite deshacer estos cordones tan solo un día después de haber sido inyectada. Después, se estira el dedo afectado con anestesia local.

Para el doctor Fang, "esta opción requiere un procedimiento menos agresivo e invasivo, reduce el dolor postoperatorio y el tiempo de rehabilitación y de recuperación". Además, evita que el paciente tenga que pasar por el quirófano y por la lista de espera.

Así, "podemos seguir ofreciendo a nuestros pacientes técnicas pioneras en medicina a la vez que contribuimos al mejor aprovechamiento de los recursos, a la reducción de los costes de hospitalización y de bajas laborales y a otras complicaciones derivadas de la cirugía".

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