La Asociación de Familiares de Fusilados en 1936 ha solicitado en el Parlamento de Navarra "justicia y mucha ayuda para recuperar restos y para dignificar los lugares" donde ya no es posible su exhumación. Asimismo, ha reclamado al Gobierno foral "apoyo" para "completar lo más posible" el mapa de fosas puesto en marcha en Navarra.

Así lo ha manifestado la presidenta de la Asociación de Familiares de Fusilados en 1936, Olga Alcega, en declaraciones a los medios de comunicación antes de participar en la ponencia parlamentaria sobre Memoria Histórica, donde varios familiares han expuesto sus testimonios.

Olga Alcega ha agradecido a los parlamentarios que "de una vez" se "escuche" a los familiares de los fusilados. Así, ha destacado que "nunca ha ocurrido" que testimonios de los familiares se expongan en el Parlamento de Navarra, después de "muchos años de marginación". "Es muy importante para nosotros", ha asegurado.

Así, ha solicitado a los diferentes representantes de los grupos parlamentarios que "entiendan todo lo sufrido y lo que se demanda" desde la asociación, que "no es otra cosa que justicia y mucha ayuda para recuperar restos y dignificar los lugares donde no se pueden recuperar".

En cuanto a sus reivindicaciones concretas, la presidenta de la asociación ha valorado el "comienzo" y la "puesta en marcha" del mapa de fosas en la Comunidad foral, aunque ha apuntado que "nunca se podrá decir que está cerrado porque ha habido muchas personas que han muerto y que, desgraciadamente, no han dejado el testimonio de un lugar o de qué personas hay en ese lugar".

En todo caso, Alcega ha abogado por "completar" el mapa "lo más posible", por lo que ha solicitado al Gobierno de Navarra que "apoye" el plan "no sólo este año, sino muchos años, para llevarlo adelante".

Por otro lado, también se ha referido al Parque de la Memoria y ha reclamado que "quede zanjado su mantenimiento y su señalización para que todas las personas que acuden, también de fuera de Navarra, sepan dónde está".

En este sentido, ha defendido que su mantenimiento por parte del Gobierno de Navarra "no es una cantidad importante". "No entendemos cómo se mira para otro lado, ya que nos costó bastante hacerlo, con muchísimas subvenciones y con la voluntad de muchas personas", ha criticado.

Por último, Alcega ha destacado la necesidad de que "la sociedad se concience de que estas personas han sufrido mucho y de que no merecía morir nadie, y menos de la forma en que murieron, porque fueron asesinadas por pensar diferente, no por otra razón".

Algunos testimonios

La ponencia parlamentaria ha acogido este martes los testimonio de siete familiares: Gregorio Sampedro, de Burlada, Jacqueline Urla, de Pamplona, Angelita Rodríguez, de Lodosa, Asun Larreta, de Pamplona, Julio Sesma, de Sartaguda, Ricardo Mula, de Barcelona, y Arcadio Ibáñez, de Pamplona.

Gregorio Sanpedro ha relatado que su padre, José Sampedro, se alistó en el ejército republicano y, posteriormente, "ingresó en prisión, se le formó un consejo sumarísimo cuyo final era la esperada pena de muerte". Así, "fue fusilado en el patio de la cárcel por un piquete de uniformados a las 7 de la mañana del 11 de julio de 1938, a la edad de 26 años".

Según ha expuesto, "su consejo de guerra fue una farsa, empezando porque no se le acusó de nada, no tuvo abogado defensor, ni garantías procesales". "La sala la componían el juez, su secretario, y mi padre", han asegurado.

Por su parte, Julio Sesma ha afirmado que su vida "es como la de cualquiera de los otros más de 130 huérfanos de Sartaguda, desposeídos de un padre y, en algunos casos, de padre y madre". "Nosotros pasamos miseria, hambre, discriminación, o trabajos a temprana edad, pero las grandes olvidadas son las madres, las viudas", ha destacado.