Espinacas, lechuga, kiwi, calabaza y zanahoria nos ayudan a broncearnos sin abusar del sol

  • Contienen las vitaminas betacaroteno y alfacaroteno, que protegen la piel del sol e incrementan la formación de melanina.
  • Es falso pensar que la piel bronceada ya protege del sol.
  • La incidencia del melanoma aumenta un 7% cada año.
  • Repasamos los consejos para tomar el sol con cabeza.
Un plato vegetariano a base de yuca, zanahoria, plátano, calabaza y remolacha.
Un plato vegetariano a base de yuca, zanahoria, plátano, calabaza y remolacha.
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Un plato vegetariano a base de yuca, zanahoria, plátano, calabaza y remolacha.

Llega el verano y serán muchos quienes decidan coger buen color, ponerse morenos. Ya tenemos claro que estar moreno no es sinónimo de estar sano, y que tomar el sol, sin precauciones, puede llevar al melanoma, el cáncer de piel. Pero el sol es necesario para nuestro organismo: nos proporciona vitamina D, es antidepresivo, libera hormonas y da una sensación de bienestar. Se impone el equilibrio.

Si vamos a tumbarnos al sol que sea con la crema protectora que demande nuestra piel, pero también la alimentación puede ayudarnos a lograr ese tono bronceado que queremos en verano. Comer espinacas, lechuga, mango, kiwi, calabaza o zanahoria durante el verano y de una manera habitual ayuda a broncear la piel sin necesidad de abusar de exponerse al sol.

Esto se debe a que contienen las vitaminas betacaroteno y alfacaroteno, precursoras de la vitamina A, que protegen la piel de los daños solares e incrementan la formación de melanina, defensa que tiene el cuerpo para protegerse de las radiaciones del sol.

El consejo nos lo da el experto en estética y cirugía, Moisés Martín Anaya. En su opinión, no se necesita abusar del sol para conseguir el bronceado: "Si uno quiere broncearse no tiene por qué ser a través de un baño solar ya que con esta vitamina lo puedes conseguir".

Tumbarse al sol, con cabeza

En todo caso, tomaremos el sol. De hacerlo, hay una serie de pautas que debemos tener ya interiorizadas. Con la piel no se juega.

  • Una buena hidratación para evitar la sequedad de la piel.
  • Usar cremas con factor de protección a partir de 15.
  • Echar la crema 30 minutos antes de la exposición al sol.
  • Luego cada dos o tres horas si es que no nos bañamos.
  • En caso de baño, hay que aplicar de nuevo la crema.
  • Evitar las exposiciones al sol entre las 12 y las 17 horas.
  • Utilizar ropa holgada.

El doctor Martín Anaya desmiente el mito que hay en la sociedad sobre el hecho de que cuando la piel está bronceada ya se está protegido ante el sol: "La radiación solar en las células produce un efecto acumulativo y, aunque ya no haya quemaduras, no previene los daños a largo plazo que ocasionan el sol. Y es que, los rayos dañan las células, el núcleo, y empiezan a funcionar de una manera anárquica y hace que se incrementen los cánceres de piel". Porque "piel bronceada de joven es un piel envejecida de mayor".

En las tres últimas décadas se han multiplicado por dos la incidencia de tumores de la piel y de que, entre las mujeres de 20 y 29 años, se está convirtiendo en el segundo cáncer más frecuente. Según datos de la Academia Española de Dermatología y Venereología, la incidencia en España del melanoma aumenta un 7% cada año especialmente entre los más jóvenes.

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